La economía de Estados Unidos sufrió en el tercer trimestre del año una contracción del 0,3%, la mayor desde 2001, cuando ese país vivió su última recesión, debido a la fuerte caída en los ingresos personales y en el consumo. Estos datos dibujan un panorama totalmente recesivo en la mayor economía del mundo, aunque se necesitan dos trimestres consecutivos de contracción para considerar que hay recesión.