Informática y elecciones

Informática y elecciones

¿Es realmente seguro, confiable, el sistema informático de la Junta Central Electoral? Mucha gente se ha estado haciendo esta pregunta y no ha recibido respuesta convincente, derivada de una comprobación en tiempo real.

Santiago Murray, quien encabeza la Comisión de Observadores Electorales de la Organización de Estados Americanos (OEA), ha planteado a las autoridades de la JCE la necesidad de efectuar un simulacro abierto de los dispositivos informáticos del tribunal para medir su fiabilidad y su capacidad para rechazar eventuales intentos de ser penetrado por intrusos o «hackers».

Aunque aceptada en principio, la JCE no ha dado ningún paso en el sentido de poner en práctica lo que el funcionario de la OEA ha propuesto, a pesar de que falta menos de un mes para las elecciones presidenciales.

Hay razones muy poderosas para insistir en que la JCE someta a verificación la fiabilidad de su sistema informático, pues ya técnicos en la materia han advertido que el mismo es vulnerable y tiene debilidades que podrían determinar fallas de seguridad.

Funcionarios de la Junta han dicho que se realizaron por lo menos dos pruebas en el sistema informático, pero que, de todos modos, la propuesta de la OEA sería estudiada y respondida por el pleno, lo que deja en una especie de limbo si se hará o no un simulacro abierto que supondría la recepción y emisión de data y establecer si la misma puede ser alterada o contaminada por cualquier intruso.

-II-

Hace algún tiempo se propuso a la Junta la realización de una auditoría en el padrón fotográfico para establecer si cada fotografía figuraba con el nombre de la persona correspondiente. La propuesta estaba justificada en comprobaciones de casos de electores que aparecían con fotografías de otras personas. Después de darle largas al asunto, se concluyó en que «no había tiempo» para una auditoría a fondo y que a lo sumo se podría realizar una revisión aleatoria a partir de una muestra de electores.

Los miembros de la Junta dan la impresión de que se sienten plenamente confiados en que las cosas andan bien, o que subestiman la necesidad de hacer las verificaciones.

La aspiración de todos es que las elecciones puedan realizarse sin inconvenientes. La auditoría del padrón fotográfico y el simulacro abierto propuesto por la OEA no persiguen más que garantizar la fidelidad de cuanta data pueda manejar la JCE, como forma de que el mandato expresado en el voto esté libre de alteraciones.

A menos que la Junta esté firmemente segura de que todo anda bien, no se entiende el hecho de que la esté tratando con tanta frialdad propuestas como la verificación de la seguridad del sistema informático que habrá de procesar toda la data de las elecciones.

Sería prudente que, o se somete a prueba el sistema informático de la Junta, o sus jueces transmiten y contagian al electorado la seguridad que tienen de que todo marcha como debe ser y que, por tanto, sería infundado cualquier temor.

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