El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, incurrió en “crímenes contra la humanidad” con su negacionismo ante una pandemia que mató a más de 600.000 personas en el país, concluye el informe de una comisión del Senado que investigó la gestión de la crisis sanitaria, presentado este miércoles.
El informe, redactado por el senador Renan Calheiros, instructor del grupo, incluye como acusados a cuatro ministros y a otras 61 personas, y denuncia a Bolsonaro por otros ocho delitos, entre ellos los tipificados como epidemia con resultado de muerte, infracción de medidas sanitarias, charlatanería médica e incitación al delito.
Los otros son prevaricación, falsificación de documentos públicos, uso irregular de dinero público y atentados contra la dignidad del cargo, todos incluidos en el documento presentado ante la comisión, que la semana próxima decidirá si aprueba el informe y lo remite a tribunales.
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Los actuales ministros incluidos en la lista son los de Salud, Marcelo Queiroga; Defensa, general Walter Braga Netto; Secretaría General, Onyx Lorenzoni; y Contraloría, Wagner Rosario, a los que se suman otros colaboradores de Bolsonaro, como el excanciller Ernesto Araújo, todos sospechosos de diversos delitos.
Las acusaciones se apoyan en información obtenida por el grupo parlamentario, que abarca desde la imposición en la salud pública de remedios sin eficacia comprobada contra la covid que conformaron un llamado “tratamiento precoz” basado en la dudosa cloroquina, hasta serias sospechas de corrupción en la negociación de vacunas.
Acusan red de activista de difundir «fake news»
Asimismo, se hallaron indicios sobre una red de activistas de ultraderecha que, combinados con el Gobierno, difundieron masiva información falsa sobre la pandemia, minimizando su gravedad y en línea con el discurso mantenido por Bolsonaro, que combatió desde el Gobierno todas las medidas preventivas.
En el apartado de las “fake news”, figuran entre los acusados tres de los hijos del mandatario- el senador Flavio, el diputado Eduardo y el concejal Carlos Bolsonaro, que mantuvieron una febril actividad negacioncita en las redes sociales.
También fue considerada la reiterada violación de Bolsonaro de las medidas que prohibían aglomeraciones e imponían el uso de máscaras, su promoción de la cloroquina en discursos oficiales y el empleo de cuantiosos recursos públicos para adquirirla.
“En conclusión, al insistir en el ‘tratamiento precoz’ como única política para combatir la pandemia, Bolsonaro colaboró fuertemente para la propagación de la COVID-19 en Brasil y, así, se mostró como el principal responsable de los errores cometidos por Gobierno”, dice el informe, resultado de seis meses de investigación.