WASHINGTON (AP) — Mitad lleno, mitad vacío. No importan las vueltas que se le den, el informe sobre Irak no ayudará al presidente George W. Bush a convencer a un público escéptico y a un Congreso opositor que es necesario mantener el rumbo emprendido. 

Una nueva encuesta de AP-Ipsos da al presidente una tasa de aprobación del 33%. La del Congreso de mayoría demócrata es aún menor: 24%. 

La nación ha dejado de creer en la misión.  Bush mismo lo reconoció. “Estados Unidos padece de fatiga de guerra. Afecta nuestra psicología”, dijo en conferencia de prensa el jueves.

“Yo lo comprendo. Es una guerra fea”.  El presidente trata de usar el nuevo informe para ganar tiempo, al menos hasta septiembre, cuando el general David Petraeus, principal comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak, debe presentar uno más exhaustivo.  Pero la paciencia se agota. Un número creciente de republicanos influyentes —los senadores Richard Lugar, John Warner, George Voinovich y Pete Domenici, entre otros— han abandonado al presidente. 

Los analistas militares, incluso los que al principio aprobaron la decisión de derrocar el gobierno de Saddam Hussein, se muestran cada vez más sombríos. 

“No hay respuesta a corto plazo”, dijo Daniel Goure, vicepresidente del Lexington Institute, que estudia las políticas militares.  “¨Significa que esto no se puede ganar? Sí se puede ganar… en unos 10 años. Pero se puede perder, Irak podría caer en el caos y convertirse en un problema para todos en una hora y media”, dijo Goure.  Mientras Bush exhortaba a esperar el informe de septiembre, el Congreso discutía propuestas demócratas de adelantar la rendición de cuentas.  “Señor presidente, sería prudente que colaborara con nosotros para modificar la misión ahora, sin esperar hasta septiembre”, dijo el senador demócrata Charles Schumer.

 Hasta ahora, la mayoría de los senadores republicanos han permanecido leales a Bush y frustrado —aunque por muy estrecho margen— los intentos de modificar la política para Irak.

No se sabe por cuánto tiempo más podrán resistir.  La prueba de fuego será cuando se presente el proyecto modificador del rumbo que están redactando Lugar y Warner, los republicanos de mayor jerarquía en las comisiones de Relaciones Exteriores y Fuerzas Armadas, respectivamente. 

Según el informe provisorio, exigido por el Congreso, hubo avances en algunos terrenos, pero no en otros. De las 18 metas fijadas por una ley de gastos para Irak a principios de año, el gobierno iraquí registró progresos satisfactorios en 8 de ellas, insatisfactorios en otras tantas y resultados mixtos en dos.

 El presidente usó el informe para tratar de refutar a quienes aseguran que ha habido poco o ningún avance desde que decidió enviar 30.000 efectivos adicionales.  Vio una copa medio llena, no medio vacía.