Por el calentamiento, hay que construir presas

Por el calentamiento, hay que construir presas

El ingeniero Osiris de León afirma que si bien es cierto que el promedio de lluvias en el país sigue siendo de 1,550 milímetros por metro cuadrado al año, su distribución ha variado debido al cambio climático, provocando lluvias torrenciales y/o sequías extremas.

Indicó que eso implica que hay que pensar en una correcta gestión del agua, ya que anteriormente las lluvias estaban distribuidas uniformemente durante el año, lo que ha variado.

Puso de referencia el caso de Puerto Plata donde en noviembre de 2016 cayeron 1,200 milímetros de lluvia por metro cuadrado que debió ser el agua de todo el año en esa localidad.

“Eso quiere decir que gente que vive en una determinada cuenca hidrográfica puede recibir lluvias torrenciales que hacen daño a la agricultura y a las viviendas y luego entrar a un largo periodo de sequía donde el río no tiene agua y la agricultura se ve afectada y la comunidad también”.

De León expuso que bajo este esquema la única opción que queda es construir la mayor cantidad posible de presas de forma tal que cuando llueva torrencialmente el agua se quede retenida en los embalses y de ahí se pueda derivar de forma regulada.

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Señaló que los acueductos que se abastecen de presas tienen caudales uniformes durante todo el año, como es el caso de la ciudad de Santo Domingo que recibe 140 millones de galones de agua por día de la presa de Valdesia, o Santiago que recibe 125 millones de galones de agua de la presa de Tavera.

“La idea es almacenar mucha agua cuando llueva torrencialmente para distribuir esa agua en los acueductos y los canales de riego. Si esa agua es administrada de forma racional te alcanza hasta que de nuevo vuelva a llover y se vuelva a llenar los embalses”.

Dijo que hay que hacer importantes inversiones para que en cada río haya presas que puedan almacenar esa agua y que no se pierda en el mar.

Sostuvo que las condiciones a nivel atmosférico están cambiando por la alta concentración de dióxido de carbono que está bloqueando la salida de la radiación solar y el planeta se va calentando y ese calentamiento va alternando el patrón de lluvias.

Indicó que la mejor opción sigue siendo almacenar agua dulce y no desalinizar la del mar, cuyo costo económico y ambiental es muy alto por la sal residual.

Indicó que hay que ponerse de acuerdo en cuáles lugares se debe priorizar la construcción de presas para los próximos 20 años.

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