Miami (EEUU).  EFE.   El Festival de Vino y Comida de South Beach comenzó ayer con un despliegue de fiestas y cenas, de encuentros con célebres chefs y exaltación culinaria, en una feria única que transforma a Miami  en la meca de la gastronomía. El empuje y vitalidad de esta muestra se dejará sentir, en su novena edición, con toda clase de celebraciones espirituosas e incursiones en los fogones, entre otros, por ejemplo, los de la “cocina holística” que practica el joven chef griego Michael Psilakis. O la cena homenaje al reconocido maestro renovador francés Daniel Boulud, propietario del restaurante Daniel de Nueva York, toda una institución culinaria en territorio estadounidense.

Se trata de un festival que, en palabras de su director, Lee Schrager, ha devenido en el “Super Bowl de las ferias culinarias del mundo”, con cerca de 40 actos programados por los que se espera que pasen más de 50.000 personas. Al comparar la enorme cifra actual de entusiastas con los cerca de 7.000 invitados que asistieron a la primera edición, en 2002, Schrager sentenció que lo importante “no es donde comienzas, sino donde terminas”.