Tiva –amiga de Píndaro- acaba de tomar una decisión: ¡Dará mayor sentido a su vida!… De pronto, enfrentará sus propias acciones y pasará a adoptar nuevas formas de salir a camino en sus días por venir….
“Heeyyy, Tiva –expresa Píndaro-, me alegra que des tus primeros pasos para hacer algo, esperando obtener algo diferente de lo que has hecho hasta ahora y así poder disfrutar de algún resultado específico… Esta nueva forma de actuar, debes convertirla en algo permanente para así cimentar una personalidad de incidencia en tu medio… Debes hacer un compromiso para que cada cosa que te propongas marque tu día a día… sin esperar que otros te las resuelvan, o sin esperar que las cosas queden sin solucionar…”.
“Mira, Píndaro –comenta Tiva-, hace unas semanas he venido intentando estar activa frente a situaciones que se me han presentado… Para mi sorpresa, he iniciado acciones que me han dado la satisfacción de resultados jamás antes vividos… He resuelto problemas que han surgido, aún teniendo que enfrentar a muchos de mis amigos, y hasta desconocidos, porque me han visto como una persona inquieta e independiente, dispuesta a romper esquemas conformistas…”.
“Anjá, Tiva –le dice Píndaro-, con esta nueva actitud debes proponerte no guardártelo solo para ti… Tienes que hacerte el propósito de que incidas en la sociedad en que te mueves para marcar nuevos cambios y penetrar el corazón del conformismo reinante, hasta intentar cambiarle… No te das cuenta que, cuando inicias algo propio y por contagio de sensibilidad lo conviertes en una práctica común, estás decretando nuevas normas que se convertirán en una mejoría de tu entorno y que, luego, incidirán en una sociedad ávida de experimentar resultados de nuevos matices…”.
“Pero oye Píndaro, si yo, Tiva, doy comienzo a una iniciativa… ¿estaría aportando una idea que sería vista como una proposición?… O… ¿Se me estaría exigiendo también que invente algo?”.
La respuesta no se hizo esperar… “Tiva, estás en todo tu derecho para hacer la propuesta que te venga a la mente… Tienes que sentir el deseo de ejercer ese acto de libertad de acción, de manera tal que practiques el adelantarte a los que te rodean y están sumergidos en la inactividad conformista, dando paso a una nueva cualidad que, en el corto plazo, se llegará a convertir en tu cualidad personal de mayor identificación con tu trayectoria… Pero, esta nueva cualidad te estará comprometiendo en la creación de oportunidades para mejorar tus resultados sin que, necesariamente, necesites apoyo externo en tus esfuerzos, alimentando así tu auto-responsabilidad y tu auto-dirección”.
“Estos inicios –continúa Píndaro-, suponen que debes adoptar una actitud proactiva que te mantendrá despierta ante nuevas realidades que reforzarán tu madurez para asumir entonces consecuencias por cada una de tus acciones, marcando un nuevo rumbo hacia lo concreto y no únicamente con palabras… Recuerda que no te bastará con solo demostrar una voluntad de hacer algo, sino también ser firme en tus pasos hacia adelante… Es más, una de tus metas de importancia debe ser aprovechar las nuevas oportunidades y perseguir tus objetivos más allá de lo que se espera de ti, saltando la rutina cuando entiendas que así debe ser al realizar tus compromisos de trabajo… Estarás, entonces, identificando los problemas y obstáculos que se te puedan presentar, y llevando a cabo acciones que contribuirán a las soluciones de los mismos…”.
“Ahhhh…. –exclama Tiva-, por eso es que mientras he estado buscando informaciones sobre las cosas que me inquietan, me he sentido más creativa y con deseos de mayores gestiones que han implicado más de mi tiempo y mayores compromisos… Me he visto en la obligación, de hacer uso de nuevos poderes que me han permitido comenzar proyectos en los que la única responsable seré yo… Porque me estaré arriesgando a ¡triunfar!… o, a ¡fracasar!… Tengo la plena seguridad de que, si no lo intento, nunca sabré hasta dónde puedo llegar…”.
“Por fin te veo decidida… –celebra Píndaro-… Has decidido darte tu propio empuje para empezar… Hoy puedo ya celebrar que, antes de pronunciar tu nombre, puedo con gran satisfacción llamarte: ¡Inicia-Tiva!”.