Lima
El ataúd con los restos del expresidente peruano Alberto Fujimori —condenado por el asesinato de 25 peruanos y luego indultado— ingresó el jueves a una sala del Ministerio de Cultura llevado por seis cargadores, donde una multitud lo recibió junto al primer ministro Gustavo Adrianzén.
Antes había sido trasladado en una carroza que avanzó rodeada de policías antimotines así como de unos 80 seguidores. Su hija mayor Keiko, de 49 años, y el menor, Kenji, de 44, que en los últimos años mantuvieron una encarnizada disputa política que llevó al menor a una condena por corrupción, siguieron al féretro tomados de la mano ambos vestidos de negro.
La presidenta Dina Boluarte se mostró dentro de la sala junto al féretro y abrazó a ambos hermanos. Boluarte, que posee un nivel de rechazo que supera el 80%, según las encuestas, ha sobrevivido a 7 intentos de destitución gracias a la protección de una coalición de grupos políticos en el Parlamento, incluido el partido fujimorista.
Keiko dijo la víspera que su padre iba a ser velado hasta el sábado, cuando será sepultado en un cementerio privado de Lima. El miércoles la oficina presidencial otorgó a través de sus redes sociales sus “sentidas condolencias a la familia”.
En los exteriores del Ministerio de Cultura sus seguidores exclamaban “en costa, sierra y selva el Chino está presente” y arrojaron pétalos blancos a su ataúd.