Como adultos tenemos la responsabilidad de velar por el bienestar de los más pequeños. Los padres por lo general somos muy cuidadosos con nuestros niños en los hogares, pero a veces nos olvidamos que pasan la mayor parte del tiempo en la escuela. Los responsables de los centros educativos, profesores y todo personal adulto que labora en los colegios, escuelas y maternales tienen el compromiso de brindar un entorno seguro a los estudiantes y usuarios de esos centros.
En este inicio del año escolar se debe evaluar la condición del aula, de las áreas comunes y patios así como el entorno del centro de enseñanza. Es triste saber que en nuestro país mueren estudiantes por electrocución, por descuido de los centros escolares y del personal que labora en ellos.
En el aula, dependiendo de las edades de los usuarios, se deben observar las reglas básicas de prevención. Por ejemplo, a una altura de aproximadamente 1.20 metros para los más pequeños, no deben existir objetos puntiagudos o peligrosos, como lápices de madera y carbón, por eso se recomienda el uso lápices de cera. Las sillas, mesas, banquetas y todo tipo de mueble deben estar diseñados no solo de forma ergonómica, que tome en cuenta la altura de los pequeños, sino que también los materiales y terminaciones deben ser seguros.
Las instalaciones eléctricas y equipos, como tomacorrientes, deben colocarse a una altura mayor, evitando la exposición de los pequeños. Los pisos, ventanas y puertas deben asegurarse para impedir que ellos se lastimen.
En el caso de los mayores, a los que les encanta andar correteando, se deben evaluar principalmente los espacios exteriores. Las caídas en las escaleras son muy peligrosas y el uso de los pasamanos debe ser obligatorio. Todo centro debe evaluar los peligros existentes en los baños, talleres, laboratorios y patios. Las áreas deportivas suelen lesionar a muchos niños cuando no están siendo supervisados por adultos.
El entorno de las escuelas suele ser una zona donde se tiene poco control, sin embargo un centro responsable se asegura de las condiciones para que los niños accedan al centro sean las más favorables al tránsito, principalmente el peatonal. Superficies niveladas y vías libres de obstáculos o huecos, donde se puede producir una caída, deben ser evaluadas y los controles establecidos.
Los padres son los principales evaluadores de los centros escolares; la calidad de un centro viene dada no solo por el nivel de enseñanza, también debemos tomar en cuenta el compromiso que tienen con cuidar y proteger al niño de los peligros que los rodean.