Al inaugurar la conferencia 2022 del Foro de Boao para el desarrollo de Asia, el presidente Xi Jinping pronunció un relevante discurso sobre la crisis mundial, el covid-19 y los desafíos que enfrenta Asia ante un mundo bajo serias amenazas de disrupción e inestabilidad.
A quienes se atormentan con maquinaciones y pretensiones hegemónicas, el mensaje que envió fue claro: “Ninguna dificultad o revés podrá detener la rueda de la historia”.
Para el líder chino nada ni nadie puede sacar a China del camino escogido que pretende que le conduzca a una “comunidad de bienestar compartido” al que toda la humanidad debiera aspirar llegar, cada quien manejando su propia opción y estrategia.
Para ello, debe cumplirse con el imprescindible e ineludible respeto, de manera absoluta, al principio de no intervención en asuntos internos de las naciones, así como el incuestionable derecho a la libre determinación.
Principios que están amenazados por grandes potencias que los ignoran e irrespetan impunemente.
Ante el desafío de gobernanza mundial, Xí Jinping presentó en la conferencia una propuesta de Iniciativa para la Seguridad Global que se enfoca, en primer lugar, en el respeto a la ONU, marco irrenunciable para el multilateralismo que los hegemónicos quieren sustituir por un unilateralismo que les permita aplicar sanciones a diestra y siniestra, según sus intereses geopolíticos, en flagrante violación al derecho internacional.
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Enclaustrándose en la desaparecida Guerra Fría recurren a criterios de seguridad sectaria; seguridad para unos en perjuicio de otros.
Consecuentemente, Xi reclama que la comunidad internacional construya una arquitectura de seguridad “integral, cooperativa, sostenible e indivisible”, sustentada en el respeto a la soberanía nacional y cesar en las groseras amenazas a la integridad territorial.
El multilateralismo, que reclama Xi Jinping, es incompatible con las políticas de grupos al margen de los órganos fuentes del Derecho Internacional.
Sus propuestas son irrebatibles porque se sustentan en las bases del sistema que se creó hace 77 años, por lo que en occidente optan por ignorarlas; ejemplo claro de falta de transparencia y democracia internacional.
Hoy, 25 de abril, hace 57 años, se produjo la bochornosa y brutal intervención en RD violando su soberanía, con la indignante intención de evitar el retorno a la democracia que pretendía el movimiento, justamente llamado, “constitucionalista”.
Uno de los ejemplos mas vergonzosos de violencia antidemocrática por quienes se dicen estandartes de la misma.
Sí, el mundo está urgido de escuchar y ser consecuente con el llamado de Xi, por encima de las ideologías.