Iniciativa trabajo y optimismo

Iniciativa trabajo y optimismo

Cuando los pueblos hacen crisis por las fallas de sus incumbentes, requieren de las iniciativas, del trabajo emprendedor, del optimismo contagioso, además de abrazar con vehemencia los ideales y proyectos que planifiquen sus mejores hombres y mujeres.

El desempleo se reemplaza con la creación de nuevas empresas, con el apoyo y participación siempre trascendental del sector privado, incentivados por el gobierno, el cual tiene que ser regulador además de tomar florecientes decisiones constructivas y productivas, fijémonos en las grandes dificultades que nos han invadido por la falta del cumplimiento de sus deberes.

Existió un modelo de sustitución de importaciones que cumplió un rol, se agotó y se desacreditó por lo mal manejado, al agotarse nunca se reemplazó, existiendo variadas fórmulas de cómo hacerlo de mejor y más productiva manera, que tendería a organizar la producción en general, partiendo desde la micro empresa hasta el turismo. Enunciamos las posibilidades de emprender inmediatamente proyectos que con seguridad tendrían éxitos.

La organización de la empresa informal, existen miles de estos negocios que nacen y perecen a diario, sin tener en sus dificultades adonde acudir para organizarse cuando crezcan o procurar el apoyo que determine su crecimiento; iniciemos sobre el particular un programa ambicioso de carácter continuo, no fragmentario ni disperso como lo tenemos en el presente.

Con una inflación en los cielos, el impuesto y la confiscación de dinero más injusta que sufrimos los dominicanos, no se ponen en práctica las medidas que constituyen remedios eficaces, como son los programas para el aumento de la producción y su consiguiente disminución del desempleo, el estímulo y apoyo a las exportaciones para generar las divisas que requiere nuestra economía o programas que estimulen el regreso de los capitales que se exilaron por falta de confianza.

Existen centenares de decisiones que tomar, que cubran necesidades insoslayables, disminuyan la inflación y reduzcan el desempleo, pongamos a disposición del empresariado, una relación de las fortalezas en los productos que exportamos, un plan para financiar empresas que la inflación ha acogotado y le ha sacado de sus arcas de liquidez, hundiéndolas bajo el efecto de otras variables negativas.

Es de imperiosa necesidad fortalecer el turismo, sumándole valor agregado, para que no se nos agote el modelo de sol y playas.

Solidifiquemos las zonas francas y tracemos programas de búsqueda de mercados nuevos, aun en los propios países como los Estados Unidos de América, que son los que sostienen su actual y limitada producción. Rehabilitemos un proyecto de apoyo a la industria, que facilitaba capital de trabajo para la compra de materia prima, a tasa de interés privilegiada, que al año se convertía en línea de crédito renovable para capital de trabajo; porqué no ponerlo en vigencia, con la condición de que el financiamiento recaiga principalmente sobre las empresas del sector exportador.

Existen diversas maneras de enfocar con éxito los distintos problemas que padecemos, basta pensar, trabajar e iniciar la marcha para derrotar todo lo que se nos oponga. Nuestros aliados son el trabajo, las iniciativas y la fe en nuestros hombres y mujeres. Nuestros enemigos son el desempleo, la inflación, la devaluación del peso y el clientelismo político partidario alias populismo, tan afín a los gobiernos.

Necesitamos enfocar y encausar nuestros destinos por las vías del respeto a la ley y un paso muy valiente lo acaba de dar la Suprema Corte de Justicia, poniendo en vigencia parte del nuestro código procesal penal que abandera con solidez el respeto a los derechos humanos. Nada más evoquemos el que es preferible cientos de culpables libres que un inocente acusado, juzgado y condenado.

Tenemos grandes proyectos que emprender, el primero se refiere al desarrollo del agua potable, el alcantarillado sanitario y el drenaje pluvial, temas que se refieren al ser humano, a su salud y a la supervivencia. La CAASD ha emprendido con coherencia y sin solución de continuidad, los pasos que un ambicioso proyecto debe dar para dotar de esos servicios al 45% de la población dominicana que mora en las cinco provincias que integran el antiguo Distrito Nacional. Estos ambiciosos objetivos, indispensables para la salud de casi el 50% de la población, requiere del apoyo de todos, principalmente del gobierno y dotarnos de la conciencia necesaria de que los servicios públicos hay que pagarlos para mantenerlos y desarrollarlos, no son un regalo del cielo.

El sistema energético, eje de la producción y basamento del desarrollo tecnológico, ha hecho quiebra en nuestro país, por la ineptitud, insensibilidad, abulia y por qué no decirlo, corrupción de gran parte de los hombres que han manejado esos programas, ahora mismo hay cuatro cosas que abordar para que el país vea un cirio encendido al final del túnel. El problema financiero es de soluciones complejas y difíciles, importando la magnitud de mismo, recordando que no hay problema económico sin solución, es un asunto de enfocar desde el punto de vista de flujo de caja (cash flow), de no solucionarse, la otra alternativa sería un apagón general para siempre y así eliminaríamos la energía eléctrica, y con ello los sistemas modernos de salud, la refrigeración de los alimentos, el acondicionador de aire, las máquinas y sus adelantos. Sencillamente retornaríamos a las cavernas.

El otro aspecto una vez solucionado el problema financiero, si no se afronta el futuro de la continuidad, del pago de la factura del consumo energético, en un mes, seis meses o más, tendríamos el mismo problema financiero y proseguiríamos dándole paños con pasta al zapato, sin agarrar en su verdadera dimensión las causas que genera el problema financiero. A breve término debe haber soluciones definitivas de presente y futuro. Lo que debemos hacer se resume a lo siguiente, planteamiento de si debe haber subsidio, de decidir su existencia, preguntarnos si el mismo será focal o general, es decir, si obligaremos a los consumidores de la energía eléctrica a pagar su consumo o el gobierno se la regalará a través de la recaudación de impuestos. Son decisiones, debemos tomarla en uno u otro sentido, sanear los obstáculos eliminando la politiquería y el clientelismo, definiendo normas rigurosas de conducta, con el debido seguimiento y reguladores que inspiren respeto y credibilidad. Recuerden que el país tiene, por el momento, la capacidad instalada para producir la energía demandada. Todo lo que se refiere al sistema energético, debe concluir con transparencia, de cara al sol, como ocurrió con los combustibles y sus precios, creándose un ente regulador cuya fortaleza inspire respeto, para que sus decisiones sean justas y responsables.

Dominicanos, a trabajar todos, dejándole la politiquería a los politicastros, ocupándonos de lo que requiere nuestro país para mantener su paz social, y regresar por el camino de la superación y el progreso.

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