Inició muy bien diálogo con Haití

Inició muy bien diálogo con Haití

El ministro de la Presidencia de RD, Gustavo Montalvo, y el primer ministro haitiano, Laurent Lamothe enuan foto de archiivo en el marco de los diálogos bilaterales. Pablo Matos.

Resulta esperanzador el inicio de las negociaciones con nuestra vecina república de Haití en un ambiente distendido y respetuoso, como tienen que ser las relaciones entre dos pueblos que, aunque diferentes en sus culturas, están unidos por circunstancias territoriales.

La delegación dominicana, presidida por el ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, se manejó a la altura de las responsabilidades puestas sobre sus hombros por un presidente que aunque escucha todas las opiniones, adopta las decisiones propias de un estadista.

En el gobierno hay algunos funcionarios y aliados políticos minoritarios que se expresan con una ligereza propia de las mentes calenturientas de los años sesenta y ven en cualquier disensión un atentado contra el Estado, el partido en el poder, o una traición a la Patria. No logran entender las implicaciones y delicadeza del tema haitiano no obstante los inconvenientes internacionales que nos ha ocasionado la sentencia 168-13 del TC que despoja, retrospectivamente, de su nacionalidad a miles de dominicanos de ascendencia haitiana. La pobreza de Haití, agravada con el terremoto del 2010, constituye, una ventaja estratégica gratuita en cualquier debate que sostenga frente a nosotros u otro país, por la tendencia natural de las gentes y hasta de las naciones, a identificarse con el más débil. Eso no quiere decir que nosotros debemos, por solidaridad o complacencia, renunciar a nuestros derechos como nación libre y soberana a establecer las políticas migratorias y de nacionalización que consideremos adecuadas a nuestro ordenamiento jurídico.

Eso no lo discute nadie, pero lo cortés no quita lo valiente, y el correcto inicio de las negociaciones en Juana Méndez, así lo demuestra.

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