Injurias innecesarias

Injurias innecesarias

No pertenezco a ningún partido político, pero he sido consecuente defensor de nuestra democracia y libertad política. Siempre hemos considerado oportuno la defensa de esos derechos. Por lo que no merezco insultos por que los que se creen dioses intocables, aún cuando sabemos que la vergüenza no existe en ciertos políticos dominicanos. También conocemos que lo que siempre ha existido en dominicana es una farsa siniestra, un tráfico malvado, un chantaje permanente, coacción e infamias porque este pueblo ha sido engañado y envilecido a través de toda su historia, mientras sus falsos dirigentes han llenado sus bolsillos con los recursos del Estado.

Es que la política nuestra tiene que abandonar su baile macabro de tácticas y acuerdos de aposentos. Tenemos que salir a la realidad, esa puede ser la solución a todos nuestros problemas y aprovechamos esta entrega para felicitar al presidente de la República, Lic. Danilo Medina, por su labor en pro de la educación nacional en beneficio de los niños y jóvenes, que son el futuro del país. Porque la enseñanza a todos los niveles es la salvación y un mejor futuro para las generaciones emergentes de la República Dominicana, porque así tendremos una gran mano de obra, técnicamente bien calificada y una mejor vida para todos los ciudadanos; por tanto la paz, la tranquilidad que desde hace años estamos soñando, será una realidad con el Pacto para la Educación en la República Dominicana.

Como todos sabemos, la injuria es ofensa o ultraje, y hasta puede constituir un insulto, y cualquiera de estos términos son aplicables hasta nuestro país cuando instituciones, organizaciones o personas se refieren al acusar a República Dominicana, que los hijos de padres o madres haitianas los hemos convertido en apátridas, cuando esto no es verdad, pues según la Constitución haitiana, esos ciudadanos o ciudadanas son simplemente haitianos de acuerdo con la ley sustantiva de dicho país y están pretendiendo que se les otorgue la nacionalidad dominicana, a hijos de residentes haitianos legales o ilegales que vienen viviendo en República Dominicana. Es conveniente, por tanto, que los representantes dominicanos en los círculos internacionales hagan esa aclaración.

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