ALBUQUERQUE, Nuevo México, EE.UU. (AP) _ Apenas pasa el mediodía y la Parroquia de San José está prácticamente llena.

   La misa dominical no comenzará sino en media hora, pero quien no llega aquí con mucha anticipación corre el riesgo de quedarse de pie, dicen los parroquianos. Hay cada vez menos espacio disponible ante el crecimiento notable de esta congregación católica, un fenómeno provocado en buena medida por la inmigración.

   La situación en la parroquia refleja una tendencia creciente en todo el país: Las iglesias de todas las denominaciones están llenas de nuevas caras, las de devotos provenientes de otros países, quienes quieren permanecer fieles a su religión mientras buscan una vida mejor en Estados Unidos.

   En San José, los bancos y reclinatorios se llenan de gente que quiere oír la misa en español, dijo el diácono Greg Henderson.

   «Sabemos de casos en que no se ha permitido la entrada a la gente porque no hay cupo», relató Henderson mientras estrechaba la mano de algunos feligreses fuera de la iglesia, después de la misa de las 10.30. «Esperamos que llegue un momento en que todos los que quieran entrar puedan hacerlo».