SAN DIEGO. — El gobierno de Donald Trump afrontaba hoy un plazo límite para decidir si renueva las protecciones que permitirían a casi 200.000 salvadoreños permanecer legalmente en Estados Unidos.
Los ciudadanos de El Salvador pueden beneficiarse del programa de Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), que proporciona alivio humanitario a extranjeros cuyos países se han visto golpeados por desastres naturales o conflictos.
El gobierno suspendió el año pasado protecciones similares a ciudadanos de Haití y Nicaragua.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, encargada de tomar la decisión, dijo la semana pasada a The Associated Press que las extensiones a corto plazo no son la solución.
“Conseguirles una solución permanente es un plan mucho mejor que tenerlos viviendo seis meses, luego 12 meses, luego 18 meses”, dijo en una entrevista, refiriéndose a la incertidumbre de las extensiones a largo plazo del programa.
Una decisión de enviar a los salvadoreños de vuelta a su país causaría conmoción en partes de Washington, Los Ángeles, Nueva York, Houston y otras zonas metropolitanas que acogen grandes comunidades de salvadoreños. Estos inmigrantes disfrutan de una protección especial desde los terremotos que golpearon el país centroamericano en 2001. Muchos han echado raíces en Estados Unidos, formando familias y abriendo negocios a lo largo de los años.
Poner fin a la protección también supondría un duro desafío para El Salvador, un país de 6,2 millones de personas con una economía dependiente de las remesas de los trabajadores en Estados Unidos. En la última década, cada vez más salvadoreños _muchos llegados como familias o menores sin acompañante_ han entrado en Estados Unidos de forma ilegal a través de México, huyendo de la violencia y la pobreza.