Inminente amenaza de futura fusión

Inminente amenaza de futura fusión

Siempre se ha dado por un hecho, que la diplomacia haitiana aventaja por mucho a la dominicana. No obstante ser un país más inculto, los diplomáticos haitianos son instruidos y capacitados en las más grandes escuelas diplomáticas, de ahí su preparación mejor que los nuestros. Ahora bien, eso no es óbice para que nos dejemos avasallar del vecino país como ha sucedido hasta ahora, en la cual, los haitianos, respaldados por sus aliados –que no los quieren en su territorio- se han envalentonado para casi ridiculizar nuestros representantes, al ellos obtener el auxilio de países poderosos y de organizaciones internacionales.

Algo similar ocurre en Francia con los musulmanes. El escritor Michel Houellebecq en su novela “Sumisión”, hace un relato futurista en la cual su país se convierte en un régimen islámico, tras la victoria ficticia de un nuevo partido denominado Fraternidad Musulmana consecuencia del elevado número de islamistas y yihadistas que viven actualmente en Francia.

El atentado a la revista satírica “Charlie Hebdo” ocurrido el pasado 7 de enero, donde fueron muertas 12 personas, es una muestra más de la intolerancia de los seguidores del Islam, que se escudan bajo el pretexto de que Alá es grande y la emprenden contra todos los que no comulgan con sus ideas religiosas.

Por el internet ha circulado un cuadro de fotografías en donde aparecen mercados en las calles de musulmanes. También, mujeres con burka y, lo más impresionante, cerca de una mezquita, varios centenares de hombres arrodillados, rezando con el frente dirigido hacia la Meca. Lo singular de estas convincentes fotografías era la pregunta final ¿Cuál ciudad es ésta?

Para sorpresa nuestra, se trata de Marsella, en el mediterráneo francés.

Después de Bélgica, la Asamblea Nacional de Francia, así como varias ciudades italianas y españolas han prohibido la utilización de burkas en las calles y sobre todo en las piscinas públicas. Un alcalde de una ciudad francesa, ante el auge del uso de turbantes y de burkas, prohibió los mismos bajo el alegato que en su país se debe cumplir las leyes, ya que cuando los franceses viajan a los respectivos países de los musulmanes, respetan sus costumbres, no toman alcohol en público, ni tampoco piropean a las mujeres en las calles.

Hemos hecho este recuento para mostrar la similitud entre la situación francesa y la dominicana. Nuestras autoridades deben detener el creciente flujo de inmigrantes haitianos, los cuales se estiman en aproximadamente dos millones, es decir, el 20% de la población dominicana. Al ritmo que va y con la permisibilidad e inexistencia de la frontera, pronto como se dice, “estaremos bailando pegados” y que tengamos un presidente de origen haitiano, a menos que se tomen correctivos contundentes, sin importar la reacción, tanto de los países que promueven este éxodo, como de los entrometidos organismos internacionales que mancillan nuestra soberanía al pretender que nuestra Constitución sea violada a favor de los inmigrantes.

Las ONG que pululan en nuestro país sin aportar nada positivo, verdaderos cánceres en el erario, se han aliado con entidades de los países propulsores de la fusión y han buscado un cabeza de turco nativo, Arismendi Medina, Concejal del PRSC de Sosúa, quien, como Presidente de la Fundación El Samaritano, ha construido en Montellano, Puerto Plata, la llamada Villa Esperanza, compuesta por 250 casas de bloques, techos de cinc y pisos de cemento, para haitianos únicamente, quienes al ser censados adoptaron nombres de dominicanos como Félix José, Raúl Mondesí y Fernando Valadez, multiplicándose como curíes en donde la media es de cuatro hijos y otros familiares. Este “gettto“ es respaldado por la alcaldesa de Sosúa, Ilana Neumann, y Aquilina Medina, presidente del Consejo Municipal.

Debemos recordarle a la susodicha ONG canadiense con el respaldo de Elio Madonia, presidente de la misma fundación en Canadá; Todd Kuiack antiguo embajador de Canadá en el país, como también Ben Sawatzky, presidente de Millworks, una multinacional de ese país, que el terremoto sucedió en Haití en 2010, país que necesita urgentemente de viviendas. Canadá tiene una extensión territorial de 9,975,000 Km2 y aproximadamente 36 millones de habitantes. Dominicana apenas 48,400 ¿No pensaron los “generosos” canadienses que estas casas pudieron haberse construido en su vasto territorio? Es dable recordarles también, que el Canadá va a otorgar aproximadamente 200,300 visas para inmigrantes calificados, no analfabetos como los haitianos que pretenden instalar en nuestro país. Los dominicanos debemos interpretar esta invasión de nuestro territorio, como el principio para establecer “una punta de lanza” cuya finalidad es desentenderse ellos y echarle una “vaina” a los dominicanos. Como decía Rubí ¿que te parece Cuchito?

 

Debemos aclarar, que no somos contrarios a la inmigración siempre y cuando ésta sea en número controlado y supervisados, ya que la “invasión pacífica” está creciendo como la espuma, lo cual desembocará en una indeseada unificación para los dominicanos, que correrán el riesgo, dada la promiscuidad de los vecinos, que a la larga quedemos en minoría en nuestro propio territorio.

 

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