Innovar: crecer o perecer

Innovar: crecer o perecer

Efectivamente, en nuestro mundo la compañía que no entienda que la realidad del mercado de hoy obliga a producir en términos competitivos se queda fuera del mercado. Sí, tener esa comprensión implica no solo tener visión del desafío que tenemos por delante sino, a la vez, ser audaz. El razonamiento es igualmente válido para el Estado; el que tampoco esté enterado de que no generará más empleo ni logrará arrebatarle a la pobreza la población marginada sino contribuye con acciones, y recursos, a incrementar la competitividad y la productividad, verá al país avanzar aceleradamente hacia más atraso y más pobreza. El Banco Mundial ha señalado que el Estado debe crear un ambiente propicio para “emprender”, entiéndase “innovar”, para ganar en eficiencia, agregar nuevos productos y tecnologías; en conclusión ser más competitivos. No hay otra vía. Pero también el sector privado tiene que comprenderlo y aportar su contribución y si bien debe esperar del Estado no puede depender sólo de lo que él haga. Es un camino que hay que tomar juntos, de la mano.

En América Latina ha surgido un boom de creación de empresas pero siguen débiles en creación porque sigue siendo exiguo lo que se dedica a Investigación y Desarrollo (I&D). Para decirlo en la terminología que está de moda: hay mucho emprendimiento pero poca innovación. Múltiples estudios demuestran cómo se puede alcanzar, con un mismo recurso humano, mejores resultados cuando se focaliza la pertinencia de innovar. Una vez que se impulsen emprendimientos hay que tratar que no se queden “pequeños” como ocurre con frecuencia en la región sino que sirvan de plataforma para empresas crecientes y sustentables. Hay que garantizar la “escalabilidad”.

América Latina está muy lejos de los parámetros internacionales con que se mide el involucramiento en actividades de (I&D), cada día más un factor de desarrollo, que la UNESCO ha fijado en no menos del 1 % del PIB. En consecuencia, su participación en el registro de patentes es prácticamente intrascendente a nivel mundial.

Hasta grandes compañías, muy bien posicionadas en el mercado, que no han invertido en investigación para innovar lo han pagado con su propia existencia. ¿Dónde están hoy Kodak, Polaroid, entre otras?

Lo positivo es que en nuestra región se abre paso la tendencia de jóvenes que abren nuevas empresas que debieran ser acompañados para que puedan afianzar sus iniciativas con innovaciones que catapulten sus emprendimientos hacia el éxito y la sustentabilidad. El capital humano es el recurso estratégico en nuestros países por ello la urgencia de impulsar la educación desde sus cimientos hasta la universidad. En algunos países se ha comenzado a avanzar y se han creado tanto instancias gubernamentales como alianzas público-privadas que aportan recursos para estimular la innovación.

Somos grandes y relativamente buenos productores-exportadores de materias primas pero el éxito y la ventaja está en agregar valor, en industrializar. Para lograrlo hay que invertir pero es imprescindible fortalecer la interrelación entre educación-investigadores-productores. Sino no seremos competitivos y no avanzaremos.

 

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