Insatisfacción con la política

Insatisfacción con la política

El proceder de algunos señores del mundo político tras las últimas elecciones ha sido el de promoverse y combatirse entre ellos, anticipándose costosamente a la votación del 2016, distrayéndose de temas nacionales primordiales. El país necesita soluciones y que se actúe hacia ellas desde el poder y la oposición.

Mientras azotan precariedades, los proyectos de candidaturas, incluyendo las de disolventes divisiones partidarias, han consumido recursos para lo fatuo, a veces procedentes del Fisco por asignación institucional o porque se ejerce el proselitismo desde cuotas de poder que deberían ocuparse más de sus funciones.

El desborde de aspiraciones se debe a la falta de reglas que han sido suplicadas por la sociedad y negadas por políticos con potestad para lograrlas.

Del atraso en fijar límites en el tiempo y en gastos de campaña existe una responsabilidad colectiva de los liderazgos por no renunciar a ventajas y establecer consenso sobre las ansiadas reglas de juego; aunque todos los entes del partidarismo siempre pretenden excusarse y culpar al resto de la fauna por el vacío legal que nos afecta.

Además algunos de nuestros políticos tienen mucho que ver con el fracaso que significa la falta de solución a males como el desigual reparto del progreso y el escaso desarrollo de las mayorías, con partidos que pasan de medio siglo mostrando pocos frutos.

Así está el panorama en el año anterior a las próximas elecciones.

LA DIVERSIDAD DE LAS OVEJAS NEGRAS

Si el único segmento de autoridad que en los últimos años ha sido encausado bajo graves indicios de practicar el delito en vez de combatirlo, como ha ocurrido con el organismo anti drogas llamado Dican, al menos quedaría el consuelo de que se trataría de una excepción a las reglas. Pero no.

Las incriminaciones a oficiales y subalternos de organismos afines han sido rutinarias. Una lista de los personajes de rangos altos, medios y bajos, más clases y alistados de entidades afines que han sido ligados el crimen organizado, sería estremecedora.

El asesinato colectivo de Paya evidenció la participación numerosa de integrantes de una base naval virtualmente manejada por el narcotráfico no solo para ajustes de cuentas en masa sino para escudar en sus instalaciones, el contrabando de sustancias ilícitas, un mal recrecido a la espera de órdenes enérgicas y directrices claras del más alto nivel.

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