Inseguridad preocupante

Inseguridad preocupante

La inseguridad, más allá de una simple percepción de los ciudadanos y tema de los medios de comunicación, es una realidad imposible de ocultar. El reciente intento de asesinato contra el abogado y comentarista José Jordy Veras Rodríguez, con características muy similares a otros atentados cometidos en varias partes del país, especialmente en el Distrito Nacional, indica que todavía está pendiente la tarea de ofrecer verdaderas garantías de seguridad a los ciudadanos.

Santiago, segunda ciudad en importancia del país, vive en estos tiempos acosada por el temor a los frecuentes actos de violencia. El ciudadano común, los periodistas y la propia Iglesia Católica coinciden en tener la misma percepción de inseguridad. El semanario Camino, por ejemplo, en su más reciente nota editorial, destaca la indefensión que se ha apoderado de esta sociedad, y afirma con sobrada razón que aterra salir a la calle.

La tarea pendiente es lograr, en base a hechos y no a discurso, que la gente se sienta realmente protegida. Que sea la prevención la que tenga supremacía. Nueva York, por ejemplo, está catalogada en estos tiempos como una ciudad segura, quizás la más segura de Estados Unidos, gracias a programas de vigilancia y prevención permanentes.  Aquí esa asignatura sigue pendiente.

Circunstancias que obligan

El senador Wilton Guerrero ha demostrado que cuenta con fuentes bien informadas. Sus aportes para las investigaciones de las ejecuciones de Paya, Baní, demuestran que tiene acceso a información de primera mano. Ha sido valiente al revelar  vínculos de policías y personal de la Dirección Nacional de Control de Drogas  con gente ligada al narcotráfico.

Ahora, el senador Guerrero denuncia que policías fusilaron a Ramón Alexander González Bautista (Alex), de 23 años de edad, a su primo Máximo Iván Tejada Tejeda, de 20, y que  otro joven, Wander Epifanio Bautista Tejeda, fue torturado y asesinado en un acto conexo con las otras dos muertes. Los dos primeros eran buscados por un narcotraficante, por un “tumbe”. La infiltración del narcotráfico en nuestros organismos de seguridad es una circunstancia que  obliga a las autoridades a investigar esta grave denuncia, sea para confirmar o desmentir la versión.

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