Inseguridad, violencia, desempleo y bulla hastían  barrios Santo Domingo

Inseguridad, violencia, desempleo y bulla hastían  barrios Santo Domingo

La inseguridad, la violencia, el ruido, el desempleo y la desigualdad social se agudizan en los barrios de Santo Domingo, sin que se vislumbre ninguna acción de los responsables de dirigir al país por mejorar el estado de descomposición que avanza en la sociedad.

En ese sentido reflexionan los sacerdotes que conforman las 11 parroquias de la Zona Ozama, en los barrios Guachupita, La Ciénaga, Los Guandules, Gualey, Espaillat, Simón Bolívar, Las Cañitas, 24 de Abril, Capotillo, Villas Agrícolas, Ensanche Luperón y La Zurza.

El sacerdote Antonio Méndez, coordinador de las parroquias de la Zona Ozama, advierte que el desempleo continúa empujando a más jóvenes hacia la droga y la delincuencia, por lo que cada vez se observa una sociedad más en descomposición.

Méndez, párroco de las iglesias San Juan Bautista, de La    Zurza, y San Mateo, de Villas Agrícolas, precisa que no es que los jóvenes quieren vender drogas y ser delincuentes, sino que la necesidad los empuja a  esa forma de vida.

Señala que los ruidos continúan retumbando en los oídos de quienes habitan estos barrios, situación que además de afectar la salud provoca violencia, ya que la gente no duerme, por tanto se mantiene nerviosa.

Lamenta que la Policía Nacional solamente actúa si se produce algún movimiento de protesta de la comunidad, pero una vez estos se terminan, los colmadones y otras formas de producir ruidos vuelven por su fuero. Considera que las autoridades no han podido erradicar los ruidos de colmadones, “drinks”, discotecas y otros establecimientos porque “son    peajes” de los agentes policiales que recorren los barrios, donde acuden a buscar “lo mío”.

Sostiene que esos lugares, que calcula en alrededor de 500, solamente en la zona Norte, se han convertido en los principales puntos de generación de violencia, donde se producen pleitos y riñas, que muchas veces terminan hasta con la muerte de algunos.

Apenas se vive.   En ese mismo orden reflexionó el cura Juan de Jesús Jiménez, párroco de la iglesia Domingo Savio, de Los Guandules, quien además pastorea en Guachupita y La Ciénaga.

Jiménez explica que el problema de los ruidos se agrava cada día y calcula en alrededor de cien negocios, solamente en Los Guandules, que mantienen en zozobra a los moradores de ese lugar, a pesar de los esfuerzos de feligreses con la Fiscalía barrial y la PN.

El sacerdote advierte que el desempleo se convierte en la principal amenaza para la seguridad de los barrios, debido a que miles de jóvenes no encuentran dónde ganarse el sustento, lo que los lleva a otras opciones como el tráfico de drogas, así como a los asaltos, atracos y robos como medio de vida.

Señala que con frecuencia jóvenes y adultos se acercan a las parroquias con hasta tres días sin nada que darle a sus hijos, lo que “rompe el alma a quienes escuchan estos testimonios”. Para ellos, dice, Jesús sigue crucificado.

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En vía crucis

Estos y otros temas fueron reflexionados por los curas durante el vía crucis que organizaron el viernes 6 de abril, a propósito de la muerte y pasión de Jesucristo. A partir de ese momento los curas de las diferentes parroquias de los sectores marginados reflexionan junto a la feligresía para tratar de crear conciencia y exigir con mayor fuerza a las autoridades.

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