Aunque en los últimos años las mujeres han logrado avances importantes en términos de participación laboral, los niveles de inserción aún se apartan considerablemente de la tasa de los hombres.
Así lo afirma el economista Nassim José Alemany, socio de Economía de la firma consultora Deloitte, en base a un trabajo reciente en el que el economista Nerys Ramírez analiza de manera detallada la situación del empleo en el país y sus principales determinantes.
“Por ejemplo, la participación laboral de la mujer comienza a caer de manera pronunciada a partir de los 34 años, mientras que la del hombre dura casi 15 años más, afirma el trabajo de Alemany.
Alemany muestra uno de los resultados más relevantes de la investigación, donde se compara la probabilidad de desempleo para un hombre y una mujer según su nivel de ingreso.
Una mujer del quintil 1 (el más pobre) tiene una probabilidad de casi cuatro veces superior a quedar desempleada con relación a un hombre del mismo nivel de ingreso. A medida que aumenta el ingreso, se reduce la probabilidad de desempleo, pero las mujeres siguen siendo las más afectadas”, explica Alemany en su trabajo.
“Otro punto importante es que la población más vulnerable al desempleo se concentra en los jóvenes de 15 a 24 años de edad, tanto en los hombres como en las mujeres”, agrega.
Alemany también resalta que en su investigación el economista Nerys Ramírez argumenta que no sólo las mujeres son más propensas al desempleo, sino que también son más sensibles al ciclo económico, a su entorno y a sus condiciones particulares de vida.
No caben dudas de que la generación de empleos es uno de los grandes retos que tiene la sociedad moderna a nivel mundial.
En ese sentido recordó que el pasado mes de junio en Suiza se realizó un referéndum en el que se buscaba un ingreso básico generalizado de unos US$2,550, sin importar que la persona trabajara o no. La mayoría votó en contra, pero el sentimiento de que cada vez los empleos son más escasos se mantiene latente, expresó.