BEIJING. AP.  Un activista chino que ha hablado con medios extranjeros sobre las “cárceles clandestinas” del país dijo ayer que está detenido en uno de esos centros, utilizados para disuadir a los ciudadanos que acuden a quejarse al gobierno central.  Zheng Dajing respondió a las preguntas de The Associated Press desde detrás de una puerta metálica cerrada, cuyo ventanuco enrejado estaba cubierto por un plástico traslúcido. Era un edificio de dos plantas situado en un patio mal iluminado junto al callejón de un hotel en la zona occidental de Beijing. El activista, de 48 años, repitió el número del teléfono celular de su esposa para demostrar su identidad.  “No tengo ni idea de cuándo me podré ir”, reconoció.  China ha negado la existencia de las “cárceles clandestinas”.