Las autoridades de seguridad de la cárcel de Najayo llevaban 27 días dándole seguimiento al inspector de Prisiones  acusado de intentar llevar bebidas y droga al recinto, debido a que tenían informes de que estaba acostumbrado a “llevar cosas” a la cárcel pública de La Victoria.

De acuerdo con una fuente, el supervisor José Radhamés de León sí tenía en su poder el bulto que ha dicho en su defensa que le fue ocupado a un recluso.

La fuente explicó que dentro del bulto habían 21 botellas y cuatro porciones de cocaína pura en el interior de una media guardada en el fondo.

Dijo que cuando se le preguntó por lo encontrado respondió que no sabía que eso estaba ahí. Sin embargo, al ser cuestionado sobre las otras nueve botellas que estaban en su vehículo dijo al oficial de seguridad  que le cuestionó que a veces los hombres fracasan y que él había fracasado.

Otras veces.  La fuente dijo que en una ocasión anterior  notaron que  De León había llevado otro bulto que resultó extraño a la seguridad del recinto, pero no pudieron comprobar nada y por eso le estaban dando seguimiento.

Sobre la cantidad de droga, el informante explicó que con la cantidad encontrada al empleado de Prisiones se preparan  miles  de bolsitas, porque quienes la comercializan la mezclan con otras sustancias.

Su defensa. El abogado de De León, Tomás Castro, ha dicho que con la acusación contra su defendido las autoridades buscan tapar el asesinado de que, asegura, fue objeto el recluso José Luis Montás (El Duro) y también   vengarse  porque fue quien rindió el informe sobre las bebidas que fueron llevadas a implicados en el caso Figueroa Agosto.