Inspiradas palabras en entrega de premios

Inspiradas palabras en entrega de premios

Señoras y señores:

La Fundación Corripio, que otorga los premios de esta noche, a través del doctor Jorge Tena Reyes, me ha pedido una breve alocución en representación de todos los galardonados. A nombre, pues, del maestro Guillo Pérez, del profesor Santiago Estrella Veloz y de la Junta de Regantes Mijo, me corresponde saludarlos efusivamente y agradecerles que nos acompañen en una ocasión tan especial.

Soy el menos indicado para hacerlo. Guillo Pérez nos ha enseñado algo tan esencial como ensanchar las pupilas para apreciar mejor los colores de nuestra tierra y nuestra gente. Se ha ganado que guardemos para siempre sus estupendas telas de gallos y cañaverales. Santiago Estrella Veloz ha impuesto una marca innovadora en el periodismo por la calidad del lenguaje, la rectitud moral y la indagación en procura de explicaciones. Basta referir la campaña en pos de la vacunación contra la poliomielitis o la que me recordó mi hermana Ángela Peña a favor de los niños hidrocefálicos. La existencia de una entidad como la Asociación de Regantes Mijo es motivo de solaz porque se ha comprometido con la preservación del medio ambiente y, en particular, con la administración de un bien escaso y vital como el agua para regadío, componentes que encarnan el apego colectivo de sus integrantes a la dignidad de la labranza de la tierra.

Empero, estoy seguro de que interpreto el sentir de ellos al evocar en estos momentos sentimientos de gratitud hacia quienes han contribuido a modelar o desarrollar facetas de nuestras personas. Hoy pienso que es de rigor traer a colación que la gratitud es la mayor cualidad de una convivencia pautada por la ética y la búsqueda de la humanización.

Vayan en primer lugar, los reconocimientos a nuestros padres, transmisores de los principios que marcan sendas indefectibles. A nuestras parejas, de quienes hemos recibido aliento y apoyo en la ventura y la adversidad. A nuestros hijos y nietos, depositarios de las esperanzas. A nuestros maestros, esos nobles ingenieros del alma. A nuestros amigos y colegas, compañeros por los vericuetos del vivir.

Les decimos a ellos y a todos ustedes que estos reconocimientos son ciertamente motivos de satisfacción, que compartimos con sinceridad por nuestra condición gregaria. Pero sobre todo que son un aliciente para seguir, un blasón que renueva el compromiso. Hemos hecho lo posible, pero todavía podemos y debemos hacer más, no nos es dado desmayar de la quintaesencia deseable del quehacer cultural, que es la consideración de los problemas de la gente en clave fraternal y reflexiva.

Cabe colocarnos por ello, con toda humildad, a la sombra de quienes nos han precedido en estos afanes y han sido fuentes de inspiración. El padre de la patria, ante todo, cuya vida insufla más que nunca fortaleza. Los tantos próceres de las jornadas por la libertad. Los maestros porque han sabido enseñar a pensar e incitar a actuar, figuras estelares como han sido Yoryi Morel, Juan Isidro Jimenes Grullón, Rafael Herrera o Florinda Soriano, o héroes de las aulas, como para mí son la señorita Minetta Roques, don Poncio Sabater o la profesora Tirsita de Luna. También pienso que es obligado ahora evocar a esa luminaria que fue Manuel Rueda, directivo de la Fundación Corripio, gran poeta y por sobre todo fino amigo.

Debemos exteriorizar asimismo la gratitud profunda hacia los integrantes de los jurados y hacia quienes nos propusieron para esta distinción desde espacios institucionales que han ganado merecido crédito moral e intelectual en nuestra sociedad. Es motivo de orgullo para nosotros que personas de tanto calibre hayan valorado nuestros trabajos para un honor tan relevante. De la misma manera, es de consenso entre nosotros transmitir el reconocimiento enfático a los integrantes de la Fundación Corripio, en primer lugar a don José Luis Corripio Estrada. Estos premios han alcanzado la categoría de institución y ser incluidos en ellos representa una culminación y acaso parte del entramado de algo todavía por hacer.  

Roberto Cassá

19 de octubre de 2012.

Jacinto Gimbernard Pellerano

Muy buenas noches, señoras y señores:

Este novedoso inicio musical con Claudia Sierra y su grupo, gracias a  la intervención de la rama juvenil de la familia Corripio, en este caso en manos de Lucía y Ana, hijas de don Pepín y su esposa doña Ana María Alonso de Corripio, es resultado de un auténtico interés compartido que da las pautas para confiar en la perdurabilidad de estos reconocimientos, que se sostendrán gracias al entusiasmo y fe con que esta generación sigue lineamientos de sus progenitores. 

Ya estas premiaciones constituyen una tradición de justicia, asumida por un grupo familiar deseoso de retribuir afectos, atenciones, acogidas y cariño que, en verdad, han sido noblemente ganadas con su ejemplo de esfuerzos sin presuntuosidades y su fe en el trabajo, en esa positividad laboral a que se refería el poeta romano Virgilio en los magistrales hexámetros de sus Geórgicas cuando, en tiempos de crisis en Roma, señalaba que “El  trabajo lo vence todo”. (Labor omnia vincit). Ejemplos de esto son los galardonados de esta noche: el historiador Roberto Cassá, el maestro de la pintura Guillo Pérez, el periodista Santiago Estrella y la Asociación de Regantes Mijo.

Tengamos en cuenta que todo cambia, que todo se mueve, y la frase lapidaria que señala “la supervivencia del más fuerte” en realidad significa “la supervivencia de quien mejor se adapta a los cambios”. Porque, ¿son más fuertes los que se atrincheran en la inmovilidad  o  los que mejor se adaptan a los nuevos tiempos, a las novedosas realidades? Opino que los segundos. Y eso  se aplica  a la familia Corripio tanto en estas premiaciones como en la extensa creatividad que demuestran en las múltiples áreas en que laboran.  

Yo creo en los cambios, en las modificaciones, siempre que sean para bien, para ascensos, para elevación humana. Disiento de las inmovilidades, porque son falsas. En toda la Creación no hay nada inmóvil… Aunque no nos demos cuenta, mientras estamos aquí, supuestamente quietos,  la tierra a nuestros pies se mueve constantemente, se reacomoda,  gira… las plantas vibran, viven, las criaturas nacen, crecen, mueren, sufren y disfrutan. Los gustos cambian, las prioridades, los intereses,  la vida… Lo que hay, y debe haber, es permanencia en la aceptación y valoración honesta de los cambios, que no se detienen, que se mueven… para permanecer.

Que saber lo que se posee, otorgarle su justo mérito y respetarlo  justicieramente, más allá de preferencias personales, y eso, ponderadamente cambiante en cuanto a personas valoradas y acciones, hace que el reconocimiento tenga sentido.

La Fundación Corripio mantiene firme su estímulo a todo cuanto, de alguna manera, significa progreso para la nación, elevación cultural. Por eso su lema: “Comprometidos con la cultura”.

Agradecemos en gran medida la honradora asistencia de tan distinguido público a  la Gran Sala del Teatro Nacional, justicieramente bautizada con el nombre de un admirado artista, colega y amigo desde años juveniles, Carlos Piantini, primer director de este templo del arte, a quien correspondió iniciar una trayectoria de prestigio que nos enorgullece. Renovamos nuestra felicitación a los galardonados de esta noche, así como a los distinguidos miembros de los jurados de preselección y premiación que tan meticulosamente han laborado junto a nosotros, empleando a fondo su conocimiento y experiencia  enriquecedora.       ¡ Enhorabuena!

Buenas noches y muchas gracias.

Ana Corripio Alonso

Muy buenas noches distinguido público

Señores miembros de la Fundación Corripio

Distinguidos galardonados

Señoras y señores

Amigos todos:

Constituye para mí un honor dirigirme a ustedes en esta solemne entrega de galardones de la sexta versión de los Premios Fundación Corripio. Les hablo en nombre de la familia Corripio Alonso –mis padres José Luis y Ana María; mi esposo Rafael; mis hermanos Manuel y Rafaela, José Alfredo y Laura, Lucía y Alejandro y en el mío propio, esta noche en que reconocemos los aportes que realizan diversas personalidades e instituciones en los campos de la creación, la investigación y labor social.

Desde sus inicios, en octubre de 1986, bajo las orientaciones de nuestros abuelos Manuel y Sara, la Fundación Corripio se ha propuesto “contribuir a la promoción del respeto y justo aprecio de los valores representativos de la cultura nacional”, primero con el otorgamiento, cada año, desde 1991, del Premio Nacional de Literatura. Asimismo, fue creada la “Biblioteca de Clásicos Dominicanos”, iniciada y dirigida durante años por el recordado maestro Manuel Rueda, para recopilar a los autores y obras fundamentales de nuestras letras, desde la colonia hasta nuestros días, así como la “Colección Premio Nacional de Literatura” que incluye antologías de los ganadores de dicho premio; y la “Colección Prisma”, para dar acogida a las nuevas expresiones de nuestro quehacer literario e intelectual.

La Fundación Corripio estimula las más diversas manifestaciones de la cultura dominicana a través de la promoción de nuestros valores literarios y artísticos.  Son muchas las figuras ilustres, incluyendo dos premios Nobel de Literatura, que han participado, como invitadas, en las actividades celebradas por la Fundación.  De igual  modo, la participación de músicos distinguidos, así como los más reconocidos representantes de las letras y las artes dominicanas.

En el año 2007, con el propósito de ampliar su radio de acción para “reconocer los aportes que realizan diversas personalidades e instituciones en los campos de la creación y la investigación”, fueron establecidos los Premios Fundación Corripio de Ciencias Sociales y Jurídicas, de Ciencias Naturales y de la Salud, de Arte y Comunicaciones. Estos premios tienen la particularidad de abarcar numerosas categorías que se van rotando anualmente. Hasta ahora han sido reconocidos más de veinte ilustres maestros en los campos de la economía, la ecología, el medio ambiente, la producción agropecuaria, la oftalmología, la cardiología, el derecho, la música, la televisión, la radio, la sociología, la pintura, la arquitectura, la fotografía, entre otras.

El trabajo de organización de las numerosas actividades que se realizan en la Fundación Corripio, presidida por nuestro padre, José Luis Corripio Estrada, está a cargo de un valioso equipo de colaboradores consagrados a trabajar en favor de los más altos valores nacionales, constituido por don Jacinto Gimbernard, director ejecutivo; los asesores Dr. Jorge Tena Reyes y el escritor José Alcántara Almánzar; así como la administradora, doña Pilar Albiac, a quienes deseamos agradecer su compromiso y entrega.

Esta noche, deseamos expresar los parabienes de los miembros de la Fundación y de toda la familia Corripio, a quienes han resultado ganadores de los Premios Fundación Corripio 2012. Se trata de personas e instituciones que han promovido valores y comportamientos solidarios al servicio del progreso del pueblo dominicano. Ellos son:

• El doctor Roberto Cassá -Premio Fundación Corripio de Ciencias Sociales y Jurídicas, en la categoría “Historiografía Dominicana”, quien ha sido reconocido por su extensa labor intelectual con sus indispensables obras de investigación y su extraordinaria labor en el Archivo General de la Nación para el rescate y conservación  de la memoria histórica dominicana.

• Don Guillo Pérez -Premio Fundación Corripio de Artes, en la categoría de “Pintura”, quien recibe el galardón en su condición de maestro cimero de la plástica nacional, con una obra pictórica extensa, variada, de gran atractivo cromático, en el que se encuentran todos los registros de la dominicanidad.

• El licenciado Santiago Estrella Veloz – Premio Fundación Corripio de Comunicaciones, en la categoría de “Periodismo”, por su dilatada labor como periodista en diferentes medios y sus contribuciones al mejor periodismo nacional sirviendo como modelo a seguir.

• La Asociación de Regantes Mijo –Premio Fundación Corripio en Ciencias Naturales y de la Salud, en la categoría “Asociaciones de Producción Agroalimentaria Sostenible”, por ser una institución modélica de nuestro país, en el importante rubro de la producción agroalimentaria y ejemplo de cómo es posible obtener logros positivos con la unidad de propósitos en las comunidades.

¡ Nuestras más efusivas felicitaciones a todos los galardonados!

Nuestros premios cumplen seis años de fundados y  continuaremos apoyando su otorgamiento en la convicción de que la cultura es el alma de los pueblos, la vida de la sociedad, la base y el fundamento de lo que somos como país. Nos mantendremos fieles al compromiso de enaltecer la excelencia.

Para finalizar, quiero reconocer a los homenajeados de esta memorable noche citando una frase del gran pensador español don José Ortega y Gasset que resume la filosofía de vida de todos ellos: Cito: “Solo es posible avanzar  cuando se mira lejos y sólo cabe progresar cuando se piensa en grande”.

Buenas noches y muchas gracias.

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