Institucionalidad resquebrajada

Institucionalidad resquebrajada

La Democracia descansa fundamentalmente en el respeto a la institucionalidad. La institucionalidad es el ordenamiento jurídico  político de la nación establecido por la Constitución,  como norma suprema, y las demás leyes que la complementan. Estas, la Constitución y las leyes, deben ser observadas rigurosamente por los poderes del Estado, debidamente constituidos, así como por  los ciudadanos civiles o militares,  gobernantes o gobernados, sin ningún género de rango o distinción.Del respeto a la institucionalidad depende la vigencia de los valores inherentes de la democracia: la soberanía del pueblo, “de donde emanan todos los poderes del Estado.”

El orden, la justicia, la libertad, los derechos humanos y ciudadanos, la protección de las riquezas naturales, del medio ambiente y el desarrollo integral del individuo y de la nación. Su inobservancia,  violación o quebrantamiento, por lo contrario, conduce al caos. Al abuso de poder y autoridad, al desorden generalizado, a la inseguridad jurídica y ciudadana, a la impunidad. A la rebelión y  represión e implantación posible de una dictadura irresponsable: todo lo contrario de lo que es y debe ser  una democracia real, funcional y eficiente. 

Recientemente el Periódico Hoy (edición 30-09-2010) destacó, en  primera plana, dos titulares que nos hablan de manera clara y alarmante del descalabro institucional existente en el país. Por una parte se lee: “Esperarán regreso de Leonel para elegir miembros JCE.” Se refiere a los senadores, a quienes la Constitución de la República, la de ahora, la que ellos aprobaron pasándole por encima a la Constituyente, además de  reconocer la división e independencia de los poderes del Estado, le confiere, al Senado, la atribución exclusiva de “elegir los  miembros de la Junta Central Electoral y sus suplentes con el voto de la dos terceras partes de los presentes.” (Art. 80, ord. 4).

Surge la inquietud: porqué y a qué viene esa espera, ese amarre improcedente,  violatoria de la Constitución porque siendo los poderes del Estado independientes entre sí y sus funciones no delegables, (Art. 4)  delega una atribución exclusiva del Senado al Presidente de la República para la elección de una Junta que debería  electa,  esencialmente, en atención a méritos e idoneidad de los aspirantes, y  no por sugerencia, recomendación o imposición política o partidista del Presidente de la República.

En otra parte Hoy  destaca: “Jefe de PN dice institución no ha cometido excesos”. Lo que significa  que seguirán los excesos. Que, contrario a sus primeras declaraciones, ya entró aquel en la red equivocada. Que la Policía Nacional, institución civil, dependiente del Ministerio de lo Interior, como los Bomberos y la Defensa Civil, continuará, impunemente, con los  atropellos, abusos y  crímenes  que se vienen cometiendo, tal como se ha  denunciado y revelan, con imágenes indefendibles, los medios de prensa.A esos dos, se agregan numerosos casos que evidencian que nuestras instituciones no funcionan como es debido; no se respetan a sí mismas ni se hacen respetar. Que estamos en una situación de descalabro institucional y moral,  y sin instituciones sólidas, de derecho,  no hay bienestar ni progreso posibles.             

Publicaciones Relacionadas

Más leídas