Instituto Biotecnología estudia innovación calidad productos

Instituto Biotecnología estudia innovación calidad productos

POR MARIEN ARISTY CAPITAN
Con la intención de lograr que se puedan aprovechar al máximo los recursos naturales del país y que los productos criollos sean cada vez más competitivos y cuenten con una excelente calidad,  el Instituto de Innovación en Biotecnología e Industria (IIBI) se encuentra desarrollando siete novedosas investigaciones.

La mayoría de estas investigaciones iniciaron hace tres meses y son financiadas por la Secretaría de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (SEESCYT), una dependencia que cuenta con un fondo especial que está destinado a la promoción de las investigaciones científicas.

En el caso del IIBI, que antes se conocía como el Instituto Dominicano de Tecnología (INDOTEC), su directora explica que están desarrollando proyectos en biotecnología industrial, médica, farmacéutica y aplicada a medio ambiente.

Una de las principales intenciones, indica Bernarda Castillo, es lograr que el área industrial mejore sus procesos y dispongan de productos nuevos que sean capaces de competir con los que llegarán al país cuando entre en vigencia el Tratado de Libre Comercio (TLC).

Conciente de que la competencia que se acerca será bastante fuerte, Castillo entiende que la mejor carta de presentación es apostar por la innovación. “Todo lo que estamos haciendo es innovativo. Queremos tener productos de alta calidad que sean competitivos en el mercado internacional”.

BIODISEL A PARTIR DE ALGAS

Una de las apuestas más ambiciosas del instituto es lograr producir biodiesel a partir del aceite de las algas. Esta, expone el doctor Franklin Richardson, sería la mejor solución a la falta de combustible que se espera a partir del año 2025.

Tras explicar que el biodiesel se puede producir con cualquier aceite vegetal, Richardson indicó que desean hacerlo con algas porque éstas se reproducen mucho más rápido. El maní, la palma africana o el coco, por ejemplo, tardan demasiado en reponerse. Las algas, sin embargo, se pueden cosechar diaria e interdiariamente.

“Las microalgas crecen al igual que las bacterias, es decir, de manera exponencial. Es un crecimiento muy rápido, ningún vegetal terrestre te da un crecimiento de ese tipo. Si por ejemplo se considera el cultivo de palma africana, tenemos que desde el momento de la siembra hasta el de la cosecha hay que esperar cinco años; en coco es igual. Son plantas que necesitan un tiempo muy largo”.

Otra ventaja que tiene las algas es que evitan el uso de los pesticidas y herbicidas que deben usarse con los vegetales terrestres para alejar a las alimañas. Esas sustancias, apunta, pueden llegar a ser nocivas si están presentes en el biodisel.

Pasando al punto en que está la investigación, Richardson que están cultivando las algas a gran escala. Posteriormente separarán el aceite de las algas y harán el biodiesel. Para ello, sin embargo, hay que esperar nueve meses más.

FARMACOS DESDE LA TIERRA

Con el auge de la medicina natural se ha producido toda una búsqueda de fármacos que tengan origen vegetal y estén exentos de cualquier sustancia química. En búsqueda de ello también está el IIBI, según establece el doctor David Terrero.

“El propósito de este proyecto es primeramente identificar o validar las propiedades antimicrobianas de dos plantas dominicanas de la familia botánica poligalácea y la familia botánica rubéacea porque la información que nos da la gente del campo establece un uso tradicional medicinal”.

Estas plantas, explica, son usadas como antibióticos naturales. Para ello están aislando la sustancia antibiótica de las plantas para entonces poder producir un fármaco que pueda ser comercializado. Hasta el momento han elegido y recolectado las plantas. También hacer los extractos que serán usados en los ensayos antimicrobianos.

EL ARROZ: BASE PARA VINAGRE

¿Se imagina una ensalada aderezada con un vinagre hecho de arroz? Esto podría ser una realidad dentro de muy poco tiempo si se concretizan unas negociaciones que existen entre el IIBI y una empresa puertorriqueña.

Al hablar sobre esto, el ingeniero César Aybar aduce algo muy interesante: este vinagre se logra a partir de las puntillas del arroz, un producto que actualmente sólo se utiliza para alimentar al ganado.

Para evitar que estas puntillas continúen viéndose como una pérdida para los productores, se ha creado este vinagre. ¿La diferencia con el vinagre de frutas? Aybar asegura que, en cuanto al sabor, no hay mucha. Un poco más suave, Aybar asegura que es muy bueno.

Otros productos que han logrado a partir de las puntillas es el licor de arroz y una bebida refrescante que se parece mucho al mabí.

FRUTAS ORGANICAS Y DE MAYOR DURACION

Jugos y frutas en conserva. Este es otro interesante renglón en el que está trabajando de biotecnología industrial. ¿Por qué? Porque se trata de elevar la vida útil de las frutas sin agregarle conservantes artificiales.

Comenzando con los jugos, Aybar subraya que han creado un jugo de zanahoria y fresas que puede durar hasta tres años. La idea de hacer esto es, a partir de una producción mejorada, que los productores no pierdan dinero.

“Queremos agregarle valor porque cuando hay mucha producción los productores pierden dinero. Este jugo no presenta división de fase (…). Esta es una propuesta que puede transferirse a cualquier sector industrial que quiera instalar la línea de producción”.

Respecto a las frutas, Aybar manifiesta que están secando las frutas tropicales para que puedan convertirse en un producto comercializable fuera de temporada. “Los últimos tiempos la tendencia del mercado es a consumir frutas secas. Los países que no son tropicales demandan mucho de esas frutas”.

Las frutas que quieren conservar están la piña, el mango, la naranja, la jagua, la lechoza, el tamarindo, el cajuil y la guayaba, que se venderían en frascos y conservados en almíbar o empacados al vacío.

EL COLOR MAS NATURAL

En los últimos tiempos se habla de lo dañino y hasta cancerígenos que pueden llegar a ser los colorantes artificiales que se utilizan en los condimentos y alimentos. Para reemplazarlos, el IIBI trabaja en la obtención de colorantes a partir de la bija y la cúrcuma.

Mientras la bija se utilizará para dar el color rojo, de la cúrcuma sacarán el amarillo. “Hay una franja del mercado que lo quiere todo natural. Por eso hemos desarrollado los colorantes. Ahora pasarán a una planta piloto porque hay que probar los parámetros a ver si todo está bien”.

Dicho esto, Aybar apunta que estos colorantes se podrían utilizarse en yogures, jugos, quesos y condimentos.

POR EL VINO DE NEIBA

Aunque suene un poco extraño, el IIBI aspira a convertir a la República Dominicana en un productor de vino de calidad. Para ello, está partiendo de lo que ya existe: las uvas de Neiba.

Pero para convertir el vino hecho con estas uvas en un producto competitivo y que cuente con el bouquet, el color y el sabor de cualquier vino que se precie se está trabajando directamente con vinicultores de Neiba.

La intención de esta investigación, sostiene Aybar, es mejorar las uvas desde el proceso mismo de cultivo. También han aislado de las uvas el microorganismo principal que fermenta las uvas para lograr que ese vino tenga sus características autóctonas.

Posteriormente perfeccionarán todos los otros parámetros de fermentación para luego hacerle la transferencia tecnológica a los productores de Neiba.

 Búsqueda de características netamente dominicanas

En el área de biotecnología médica tienen la intención de investigar las enfermedades que tienen una base genética. Antes de ello, sin embargo, están haciendo un estudio de filiación de la población dominicana.

Para hacer este estudio,  explica la doctora Marisol de Castro, se está haciendo un muestreo general de los dominicanos. “Vamos a tomar un muestreo general de sangre para tomar unos marcadores específicos para ver en términos generales a quiénes nos acercamos más, a quiénes nos parecemos”.

Amén de que este tipo de información es el que exige el FBI para la identificación de las personas, de Castro apunta que estos marcadores son especialmente útiles cuando hay personas desaparecidas o cadáveres. También se utilizan para estudios de maternidad, paternidad o hermandad.

Respecto a los resultados, que podrían estar a mediados de año, de Castro indica que gracias a esta investigación se creará una base de datos de frecuencias alélicas, es decir, que se registrarán las características específicas de los dominicanos.

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