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El Instituto Dominicano de Cardiología, que acoge a pacientes de todas las clases sociales pero que se propone ser una opción más accesible a los pobres, no ha podido desarrollar un programa para dar servicio a miles de personas de escasos recursos.
Sus metas son ampliar su capacidad de solo 54 camas en la actualidad y crear una unidad de cuidados intensivos para atender a 8 pacientes a la vez y abrir un área de implantes y hemodinamia.
El gran obstáculo es que el Instituto arrastra una deuda de 5 millones de pesos y el Estado solo aporta un millón 400 mil pesos de subvención mensual, a pesar de que la institución tiene claros fines sociales.
j.ramirez@hoy.com.do
Arrastrando una deuda pesada de cinco millones de pesos, que le rompe el corazón a cualquiera, el Instituto Dominicano de Cardiología carece de los recursos para llevar a la meta los proyectos programados para servir a miles de pacientes pobres del país.
Cuenta apenas con una capacidad de 54 camas, una unidad de cuidados intensivos para ocho pacientes y un área para implantes y hemodinamia.
Su director, el cardiólogo Ángel Rafael González Medina, reconoce que el hospital no puede satisfacer la demanda de servicios que reclama la población, por lo que reclama de urgencia un mayor presupuesto y la ayuda del Estado para ampliar la planta física que de apenas dos niveles, adquirir equipos más modernos, así como ampliar el estacionamiento cuya capacidad es para sólo cien vehículos.
El Instituto recibe del Estado no más un millón 400 mil pesos cada mes, recursos insuficientes para cubrir gastos elementales, por lo que es ahí donde la institución arrastra un déficit de al menos cinco millones de pesos, deuda que constituye una retranca para su desarrollo.
El hospital necesita desarrollar la unidad de cuidados intensivos post operaratorios que ahora cuenta con cuatro camas, pero que tiene un potencial para seis, con una central de monitores supermoderna.
El especialista en enfermedades del corazón, señala que en la actualidad se practican cirugías cardiovasculares, en su mayoría coronarias, así como cirugías de valvulopatía, además de las enfermedades congénitas cardíacas.
Intervencionistas. Además de las mencionadas, el doctor González Medina incluye los procedimientos intervencionistas, que consisten en intervenciones menos invasivas, como las que se hacen en hemodinamia, implantes de estén y cierre de defectos congénitos por vía percutania, mediante la colocación de dispositivos para correcciones que antes sólo eran posibles por vías quirúrgicas.
Al mismo tiempo se desarrollan implantes de marcapasos y de otros dispositivos para corrección de arritmias, colocación de fibriladores automáticos que provocan shok eléctrico que reviven pacientes, por lo que el instituto está a la altura de centros de salud de países desarrollados como Estados Unidos y de Europa.
Trabajan para dotar al instituto de otros tratamientos modernos, como implante de célula madre, que no ha arrancado por falta de recursos.
A pesar de la falta de recursos económicos, el instituto sigue en disposición de ofrecer a la población todos los servicios de que dispone, sin importar condición social o religiosa, pues esa es su misión.
Planes sociales
El doctor González Medina planifica para este año una serie de operativos en barrios pobres vecinos que comenzaría en sectores cercanos al hospital, con lo cual serían atendidos entre 200 y 300 pacientes al mes.
Entre las enfermedades de mayor prevalencia citó la hipertensión arterial con su secuela sobre el corazón, los riñones y el cerebro.
Citó que al mes atienden alrededor de 40 pacientes con derrames o accidentes cerebro-cardiavasculares, y otros con insuficiencia renal crónica por hipertensión.
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La obesidad
Aunque hay personas con predisposición genética, también los malos hábitos alimenticios son el desencadenante de la obesidad. El último estudio realizado estableció que el 30% de la población adulta del país padece de sobrepeso y obesidad. Hay individuos que no son del todo obesos, pero sí tienen grasas en el abdomen padecen de obesidad visceral.
