Instituto Postal, sello y arte

Instituto Postal, sello y arte

El Instituto Postal Dominicano, popularmente conocido como Inposdom, ha celebrado su quincuagésimo aniversario. Acogido beneplácitamente como una de las instituciones oficiales más serias, se ha ido preocupando por ofrecer la mejor imagen y un avance constante en su funcionamiento.

Justo es reconocer cómo su director general desde hace varios años, doctor Modesto Guzmán, ha sabido reunir un equipo de colaboradores eficaces y realizar una labor ejemplar, generosa y amplia, que incluye el arte y la cultura.

Para esa importante conmemoración, el Inposdom ha organizado una exposición de filatelia de República Dominicana y del mundo –incluyendo a varios países y continentes–, itinerante e instalada en espacios públicos, siendo presentada recientemente en la Galería Nacional de Bellas Artes.

Atalia Lluberes, que encabeza el Servicio Filatélico Dominicano, demostró en este evento tanto entusiasmo como competencia.

Documentos facsimilares, carteles y objetos testimoniales –hasta la bicicleta del cartero y el buzón– acompañaron esa rica exhibición. Obviamente, es una clase de manifestación, educativa y cultural, destinada en particular a los muy jóvenes… para que ellos perciban un ejemplo de encanto visual, anterior a la era digital y sus juegos.

Arte del sello, sellos de arte. Cientos de miniaturas deleitables, metódicamente museografiadas, enseñaron la calidad de los sellos dominicanos, emitidos durante un siglo de historia, abarcando los más diversos ámbitos y disciplinas, con un interés notable por difundir a los grandes de la literatura y la creación. Ciertamente, esas hermosas viñetas han sido nuestro único medio de difusión de los valores nacionales a escala planetaria… ¡Y cuántas veces hemos escuchado a corresponsales, elogiando el nivel de la filatelia dominicana! Con plena razón el Inposdom sigue adelante, promoviendo con el sello a figuras mayores de las artes, un homenaje encomiable.

Ceremonias alegres y muy concurridas pusieron a circular los sellos dedicados a María Montez y a doña María Ugarte, un acto particularmente emotivo. Todo parece indicar que, en una próxima emisión, los maestros de la plástica Silvano Lora y Domingo Liz compartirán los honores de un bloque de cuatro sellos, un conjunto ilustrando su amistad y la magnitud de sus talentos. El medio del arte se regocija por esa merecida atención.

Auge y memoria de la filatelia. No hemos olvidado cuánto se atesoraba el sello postal, y cómo, al recibir una carta, mirábamos en el sobre las bonitas estampillas que lo adornaban.

La curiosidad era aun mayor, si la correspondencia procedía del extranjero, y si el sello postal ofrecía una imagen atractiva y desconocida.

Retratos de hombres y mujeres célebres, paisajes, flores, frutas, obras de arte, manufacturas típicas, hazañas deportivas, y mucho más se reproducían, en emisiones corrientes o especiales de homenaje o conmemoración.

En las generaciones anteriores, los sellos eran objeto de un verdadero culto. Se obsequiaban, se intercambiaban, se coleccionaban. Álbumes se iban llenando con las pequeñas viñetas, y –en reuniones familiares o de amigos– una de las diversiones consistía en mirar esos volúmenes filatélicos caseros. ¡Los más informados y adictos a la filatelia consultaban verdaderas enciclopedias y pensaban en sus próximas adquisiciones! Los sellos postales tenían valor, ¡sobre todo si su impresión mostraba algún defectito y se les había sacado de la circulación! Ese valor era tan real que, no pocas veces, el saldo de una deuda se resolvía con la venta de sellos preciados… y este sacrificio dolía al coleccionista en apuro.

Hoy sucede con el sello lo mismo que con las especies de la fauna en vía de extinción.

Las máquinas selladoras, y sobre todo la informática, les han hecho daños fatales… Pero no seamos pesimistas: esperamos que el correo tradicional y sus sellos sobrevivirán.

¡El Inposdom cree en esa misión y continuará su labor salvadora por el futuro del sello dominicano!

LA FRASE

Modesto Guzmán

«Los sellos son embajadores de cada uno de ellos y viajan por todo el mundo, dando a conocer su patrimonio nacional. Estos pequeños trozos de historia constituyen además un medio de difusión de los grandes logros de la humanidad así como de sus descubrimientos más importantes».

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