Insuficiencia del Poder Judicial

Insuficiencia del Poder Judicial

El Poder Judicial se ha desempeñado bajo precariedades, y no es de ahora. Es el menos favorecido de la trilogía de poderes del Estado. Para 2013 y 2014 su presupuesto ha estado por debajo del otorgado en esos años al Poder Legislativo, que maneja fondos de dudosa utilidad institucional. Para 2013, la Justicia necesitaba RD$6,783.57 millones, pero solo le aprobaron RD$4,206.64 millones, y para este año necesita RD$8,329.24 millones, pero solo le aprobaron RD$4,906.64 millones.

Según datos de la Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS), por estrechez de recursos el Poder Judicial no ha podido crear 103 tribunales que hacen falta, ni designar al menos 200 jueces que se necesitan a nivel nacional. El año pasado, varios magistrados renunciaron inconformes con el salario, y el 77% de los servidores judiciales ganan en promedio menos de RD$15,000.

Bajo esas condiciones, lo único que se puede esperar del Poder Judicial es una especie de esfuerzo quijotesco para hacer de tripas corazón. La situación crítica en este poder del Estado impacta severamente en la sociedad desde diferentes vertientes, siendo la de orden penal una de las más notables. Es indudable que se necesita una reflexión seria y profunda sobre la situación a que está sometido este poder del Estado que tiene la gran responsabilidad de preservar nuestras garantías jurídicas.

La escuela quiere ver a los  padres

Era común que los padres acudieran a las escuelas para fiscalizar el comportamiento de los hijos, dar seguimiento a su aprovechamiento de las clases, a recibir las notas al término del año escolar y a actividades culturales en las que los muchachos tenían protagonismo. Lamentablemente, esa sinergia entre la familia y la escuela se ha ido perdiendo. Algunos padres solo acuden a los planteles cuando entienden que sus hijos han sido maltratados.

Las asociaciones de padres y amigos de la escuela parecen especie en extinción. Ya no se siente, como antes, su indiscutible influencia en el proceso de enseñanza. Probablemente este ausentismo ha sido determinado por la carga de obligaciones que los abruma día por día. Y resulta que la escuela está extrañando esa vieja relación con los padres de los estudiantes. ¿Cómo lograr reanudar esa interacción tan influyente y útil?

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