Insultos, Hipólito, militares…

Insultos, Hipólito, militares…

Nueva York.- Desde hace muchísimos años, algunos labradores que no querían arar la tierra, y analfabetos que «querían echarle vainas» a sus amigos se valían de cualquier «enllave» para «engancharse» a la Guardia (porque antes no le llamaban Ejército) y a la Policía.

Entre esos militares y policías los había tan palurdos que, en ocasiones, en el saber del populacho, ser guardia o policía era sinónimo de bruto, patán. El celebérrimo cuento aquel de que «la Guardia lee como quiera» nació precisamente por eso.

Se cuenta que cuando guardias, marinos, policías y de la Fuerza Aérea patrullaban la ciudad, especialmente por donde abundaban los prostíbulos, en una de esas tantas ocasiones en que esos agentes requerían de los ciudadanos que les mostraran sus cédulas de identificación personal, para ver si estaban actualizadas, una vez, un agente tomó la cédula de un ciudadano y la estaba «leyendo» al revés, demostrando que no sabía leer.

El dueño del documento, quizás por un impulso de temor o cortesía, le dijo:

— Agente, usted está leyendo la cédula al revés.

El militar, incómodo y orondo, repuso con autoridad:

— ¡Cállese, coño, que la guardia lee comoquiera!

Hay otro cuento popular, más o menos del mismo tono. Fue la vez en que un general, vestido de civil, se paseaba por el Parque Colón, en Santo Domingo, y uno de los limpiabotas que allí funcionaban, vestidos con pantalón y saco fuerte azul, le inquirió:

— General, ¿va a limpiar?

El militar asintió, se sentó en una silla, y comenzó la limpiadera. Al rato, el cliente, sorprendido de que el limpiabotas supiera que él era general, le preguntó:

— ¿Y cómo supiste que yo soy general, si ando vestido de civil?

A lo que contestó el obrero del cepillo y el betún:

— Porque general es cualquier comemierda.

Claro que esos cuentos, al menos el último, son exageraciones, pues se sabe de muchísimos hombres y mujeres de uniformes que son talentosos, probos, pero cuando el populacho quiere herir y desprestigiar, lo hace de manera colectiva e indiscriminadamente.

Todo esto viene a cuento, porque en Dominicana, ahora, en la campaña electoral, se ha puesto de moda el tema de los militares políticos a favor o en contra del presidente Hipólito Mejía.

Y eso comenzó cuando el ex presidente Leonel Fernández denunció que en el período del Presidente Mejía habían «hecho» a casi 200 generales.

De inmediato, el Secretario de las Fuerzas Armadas dijo que Fernández no debía de citar ese caso de los militares ahora, en tiempo de elecciones; que lo dejara para luego. Y, dijo también que los militares son obedientes del poder civil, y todas las otras cosas que ellos suelen decir para desviar la atención pública hacia otro punto.

Pero a ese mismo general le fascina la política; tanto, que una vez dio una fiesta en la misma Secretaría de las Fuerzas Armadas, a la que invitó a políticos de todas las tendencias. Y algunos de los políticos que asistieron, identificados como de izquierda extrema, elogiaron al general, y tras todo eso, se comentó «por abajito» las preferencias políticas del general, quien luego se vio en la necesidad de proclamar que él admiraba a ciertos políticos como ciudadano, pero no como militar.

Eso es como decir que guardia y policía es la misma cosa, pues es común que a un guardia lo hagan policía o a un policía guardia. A la caída de la dictadura de Rafael L. Trujillo, a esos militares llamábanle «poliguardia», pues les cambiaban el uniforme, de acuerdo a la necesidad «democratizadora» de aquellos días, a base de palos y balas.

Después que Soto Jiménez dijo lo que dijo, le siguieron otros jefes militares pronunciándose a favor de la reelección de Mejía. También se observan la Internet caricaturas en que dejaban mal parado al ex Presidente Fernández, con los militares.

Luego, Mejía justificó que los jefes militares se metieran en política, y dijo que en el gobierno de Fernández, los militares están pasando tanto trabajo, que hasta en tenis hacían sus servicios, agregando que él, Mejía, había puesto a los militares «a valer» comprándole ropas y zapatos nuevos, y dándoles muchas facilidades para que vivan mejor.

Y a eso, dicen los críticos del gobierno, que se mejoraron las condiciones entre los militares por los grandes gastos que se hicieron favoreciendo a varias personas amigas del Presidente, que se dedican a vender mercancías a militares y policías, y que entre los mismos vendedores, hay parientes de ex generales.

Al comentar la situación, un militar retirado, el ex jefe de Estado Mayor del Ejército, José Eliseo Noble Espejo, dijo que militares de alto rango están instruyendo a sus subalternos a hace campaña por determinado candidato presidencial (Mejía).

Tras esa afirmación, el Presidente Mejía, en una de sus habituales salidas irrespetuosas e insultantes, llamó «baboso» al ex general Noble Espejo.

Como también ha insultado agente de su propio gabinete, como es el caso del doctor Pedro Franco Badía.

Para la meditación de hoy: Los tiempos, tienen su tiempo. No podemos tener todo lo que queremos a un tiempo, como tampoco se nos dará todo lo que ansiamos. La Divinidad, que rige al inconmensurable universo en pleno, y parte de la cual somos nosotros, ayuda a dirigir a orientar desde las profundidades del espacio celeste, y también desde las profundidades de nuestro propio ser. Y en nuestro altar interior, está la partecita esa que nos conecta con Lo Alto, y nos ayuda a ascender al través de la oración, de la meditación, la reflexión… Gimnasia. Gimnasia espiritual…

Hasta siempre, hermanos. Vade in pace.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas