FORT LAUDERDALE (EEUU) (EFE).- América Latina «necesita democracias que funcionen» para evitar el populismo y lograr una mejor distribución de la riqueza, dijo ayer el secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza. «Hay que atacar rápidamente la mala distribución de la riqueza» en la región, agregó Insulza en una rueda de prensa para analizar los asuntos que los cancilleres de 34 países debatirán desde mañana, domingo, en la XXXV Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) de la ciudad estadounidense de Fort Lauderdale.

El secretario general, que asumió el cargo el mes pasado, enfatizó que América Latina no es la región más pobre del mundo pero sí la de «mayor desigualdad en el ingreso», lo que, en su opinión, es un caldo de cultivo para la aparición del populismo y un freno para el funcionamiento de la democracia.

Insulza rechazó, por otra parte, que la propuesta de declaración de Estados Unidos para convertir el Consejo Permanente de la OEA en un ente de seguimiento de las democracias del continente esté diseñada para un país específico, concretamente Venezuela, como ha denunciado el Gobierno de Caracas.

«Esto no se discute en relación a un país específico. Los mecanismos son generales», señaló al recalcar que la propuesta no pretende tampoco ampliar la Carta Democrática de la OEA.

Insulza fue claro al puntualizar que no quiere que Venezuela centre la atención de esta reunión -«no quiero que esta se convierta en una Asamblea de un solo tema»- y abogó por la conveniencia de que América tenga una cláusula democrática.

Esa cláusula está contenida, según explicó, en la Carta Democrática y «el que la viola -subrayó- debe tener respuestas».

«La Unión Europea tiene una cláusula democrática y nadie se asombra. No veo porqué no puede haber una cláusula democrática en América», recalcó el nuevo secretario general de la OEA.

Respecto a las reticencias que ha creado en algunos países de América la propuesta estadounidense de Declaración de Florida «Para hacer realidad los beneficios de la democracia», explicó que el proyecto trata de ver «cómo podemos implementar (la Carta) de manera que no lleguemos tarde (…) de adelantarnos a los riesgos».

Esta propuesta se vislumbra como el asunto que centrará los debates de esta Asamblea que concluye el martes y a la que, según Insulza, asistirán la práctica totalidad de los cancilleres americanos.

Venezuela y otras muchas naciones del continente se oponen a algunos aspectos de la iniciativa de EEUU porque la ven como un intento de Washington de intervenir en sus asuntos soberanos.

Precisamente, el presidente de EEUU, George W. Bush, enfatizará el lunes durante su intervención en la Asamblea que la democracia va más allá de la celebración de elecciones, y se basa en instituciones que garanticen la transparencia, la legalidad y la responsabilidad.

Su portavoz, Scott McClellan, adelantó además el viernes que Bush hará hincapié en la importancia estratégica del libre comercio en la región para fortalecer la democracia.

El Centro de Convenciones de Fort Lauderdale, ciudad situada a unos 50 kilómetros al norte de Miami, donde tendrá lugar esta XXXV Asamblea General de la OEA, está rodeada de estrictas y engorrosas medidas de seguridad.

Fuentes de la organización dijeron hoy que 26 agencias distintas se encargan de la seguridad de la reunión, hecho que ha provocado en la víspera de la inauguración de la Asamblea situaciones de descoordinación y confusión.

Los periodistas tuvieron que pasar diversos controles de seguridad y sufrieron restricciones al libre movimiento por el centro, donde además no tendrán acceso a los cancilleres y funcionarios que asisten a la reunión si no tienen escolta oficial.

El perímetro del centro está también vallado por una cerca de tres metros de altura para impedir que los manifestantes puedan acceder al lugar donde se reunirán los cancilleres de América.

Insulza admitió en la rueda de prensa que los controles de seguridad eran numerosos pero recalcó que «queremos tener una Asamblea lo más tranquila posible».