Santiago de Chile, (EFE).- El secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, aseguró hoy que en América Latina «hay dificultades para forjar Gobiernos estables» y que las normas se modifican «con demasiada flexibilidad».
«Creo que hay dificultades para forjar Gobiernos estables, las normas se modifican con demasiada flexibilidad, no hay un gran equilibrio de poder y la autonomía del poder judicial no se garantiza del todo», dijo Insulza este miércoles en Santiago.
El máximo responsable de la Organización de Estados Americanos (OEA) hizo estas declaraciones durante un seminario organizado por el Gobierno chileno para analizar el estado de salud de la Carta Democrática Interamericana, que en 2011 cumplirá una década de vigencia.
Este seminario pretende ser un espacio de reflexión sobre la aplicación y la vigencia de esa Carta de cara al diálogo político que el próximo año encabezará el Consejo Permanente de la OEA, a raíz de una resolución aprobada por su Asamblea General el pasado junio en Lima.
Al respecto, Insulza consideró que, a pesar de las limitaciones de la democracia en la región, también se han registrado avances, en especial en materia de derechos humanos y en las elecciones, que «en general son limpias, secretas y universales», dijo.
Resaltó que además que en América y Europa «hay más democracia que en ningún otro lugar del mundo». Con todo, el ex ministro chileno se planteó «hasta qué punto» se cumple con la Carta Democrática.
Ese documento establece como requisitos de la democracia el estado de derecho, régimen constitucional, elecciones periódicas, respeto a los derechos humanos, pluralismo, separación de poderes y un pacto de subordinación a la autoridad civil, entre otros puntos. «Ningún país del mundo la cumple por completo, ningún país tiene todas estas cosas juntas», concluyó el ex ministro.
Sí defendió que la Carta Democrática «está en plena aplicación», pues en los últimos cinco años fue invocada, entre otros países, por Bolivia, Colombia, Ecuador, Guatemala, Haití y Nicaragua, así como por Honduras, apuntó. En ese caso, Insulza recordó que el depuesto presidente Manuel Zelaya pidió ayuda a la OEA apenas 48 horas antes del golpe de Estado en su contra. «Tal vez si hubiera acudido antes hubiéramos podido hacer algo», opinó.
El jefe de la OEA se preguntó también hasta qué punto la región es capaz de aplicar la Carta cuando se producen esos retrocesos, y señaló que una de sus principales debilidades reside en que para aplicarla tiene que haber consenso entre los países.
Esta limitación en su aplicación «no podrá ser superada hasta un futuro lejano», dijo Insulza, quien cree que pretender que la OEA actúe como un ente supranacional «es muy difícil», ya que a su juicio muy pocos países estarían dispuestos a ello.
Al analizar el otro lado de la balanza, el diplomático señaló que las principales aportaciones de esa Carta han sido el éxito en la prevención de la ruptura constitucional y la creación de una cultura democrática. Insulza alabó también la decisión de los países de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) de aprobar el pasado 25 de noviembre en Guyana una cláusula democrática para responder a intentonas golpistas en la región.
En tanto, el canciller chileno, Alfredo Moreno, que intervino junto a Insulza en la inauguración de este seminario, señaló que el golpe de Estado en Honduras y la reciente sublevación en Ecuador muestran que «aún queda mucho por hacer avanzar en el fortalecimiento de la democracia en la región».
El Gobierno chileno ha expresado su interés en reformar la Carta para reforzar los mecanismos preventivos ante intentonas golpistas en la región, y se ofreció a organizar este seminario, al que asisten, entre otros, los ex cancilleres de México, Jorge Castañeda, y de Ecuador, Fander Falconí. EFE