Insurgentes Irak amenazan Japón si no retira tropas

Insurgentes Irak amenazan Japón si no retira tropas

BAGDAD (AFP).- Los filipinos se felicitaban el martes por el regreso de sus tropas de Irak, que permitió la liberación de un rehén filipino, mientras el grupo terrorista de Abu Musab al Zarqaui amenazó a Japón con represalias si no hace lo mismo, al tiempo que los inspectores de armamento anunciaban su próxima vuelta a Irak.

   La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) anunció el regreso a Irak «en los próximos días» de sus inspectores, a petición de Bagdad, con el fin de «redactar el informe final sobre la ausencia» de armas de destrucción masiva.

   El primer ministro británico, Tony Blair, reiteró al mismo tiempo en Londres que las informaciones de los servicios secretos dejaban «pocas dudas» antes de la guerra sobre el hecho de que Saddam Hussein tuviera armas de destrucción masiva y consideró que la intervención militar era «la decisión acertada».

   Tras la liberación de un rehén egipcio el lunes por la noche, el martes recuperó la libertad el filipino Angelo de la Cruz, de 46 años y padre de ocho hijos.

   Sus secuestradores, un grupo de islamistas, amenazaban con decapitarlo si los 51 soldados y policías filipinos no salían de Irak antes de finales de julio. Manila cedió al ultimátum y retiró sus últimos efectivos el lunes, un mes antes de la fecha prevista.

   El camionero fue liberado el martes cerca de la embajada de los Emiratos Arabes Unidos. Tras dos semanas de cautiverio, Angelo de la Cruz apareció sonriente y en buena forma aunque tendrá que someterse a exámenes médicos en Abu Dhabi.

   Criticados por Estados Unidos por ser el primer país de la coalición que cede ante los secuestradores, los filipinos aseguran que no tienen nada de qué arrepentirse aunque esta cuestión podría ensombrecer las relaciones Manila-Washington.

   «No lamento esta decisión. Todas las vidas son importantes», declaró la presidenta filipina, Gloria Arroyo, recién reelegida, quien según los analistas podría haberse enfrentado a manifestaciones susceptibles de derrocar su gobierno si hubieran ejecutado al rehén.

   En un mensaje publicado el martes en la página islamista http://www.ansarnet.ws/vb/, atribuido al grupo armado de Abu Musab al Zarqaui, se insta a Japón a retirar a su vez sus tropas (550 soldados) so pena de correr «la misma suerte que los estadounidenses».

   «¡Hagan como los filipinos!», ordena el mensaje firmado por la «Brigada de Jaled Ibn al Walid», el órgano militar del grupo Tawhid wal yihad de Zarqaui, por cuya cabeza ofrece Estados Unidos 25 millones de dólares.

   Advierte a los países árabes e islámicos que no envíen fuerzas a Irak ni apoyen a las «fuerzas estadounidenses e invasoras» ni al primer ministro iraquí Iyad Allawi y «su banda».

   Allawi consideró a Zarqaui un «enfermo mental» y un «paria rechazado por todas las naciones». El terrorista jordano ofreció 285.000 dólares de recompensa por la cabeza del primer ministro iraquí.

   Un alto funcionario de la provincia de Basora (sur) fue asesinado el martes junto con dos de sus guardias. Ex vicegobernador de Basora, Hazem Taufic Ainachi, de 59 años, coordinaba las actividades del consejo provincial.

   Un policía iraquí fue asesinado cerca de Ramadi, ciudad rebelde situada al oeste de Bagdad, y cuatro veterinarios iraquíes murieron al explotar una bomba en la región de Baaquba, al norte de Bagdad. Además, un soldado estadounidense fue asesinado en la provincia rebelde de Al Anbar (centro-oeste).

   En El Cairo, donde el alto reprensentante de la Unión Europea para la Política Exterior, Javier Solana, se reunirá el miércoles con Iyad Allawi, el director de la AIEA, Mohamed El Baradei, anunció el próximo retorno de los inspectores a Irak.

   «Es una necesidad imperativa, no para buscar armas de destrucción masiva, sino para redactar el informe final sobre la ausencia de este tipo de armas en Irak para que la comunidad internacional levante las sanciones impuestas a Irak», explicó.

   El Consejo de Seguridad de la ONU votó el 22 de mayo de 2003 la suspensión de las sanciones internacionales impuestas a Irak desde que invadió Kuwait en agosto de 1990, con excepción de las relativas a las armas.

   Los inspectores abandonaron Irak justo antes de la intervención militar británico-estadounidense en marzo de 2003. Hasta ahora, la AIEA dice no haber encontrado ninguna prueba de que Saddam Hussein estuviera reanudando un programa de armamento nuclear, como afirmaban Estados Unidos y Gran Bretaña.

   Pero para Tony Blair «estaba absolutamente claro que (Saddam Hussein) tenía toda la intención de seguir fabricando esas armas y que estaba buscando materiales para hacerlo». Así lo afirmó el martes ante la cámara de los comunes al ser interrogado sobre las conclusiones del informe Butler sobre el trabajo de los servicios secretos británicos.

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