Inteligencia artificial y patología

Inteligencia artificial y patología

Sergio Sarita Valdez

Una de las cosas más angustiantes en la vida real de cada individuo como ente social es cuando le llega el momento de tomar decisiones trascendentales en su cauce existencial. Es como si transita por una vía unidireccional cuando de repente la ruta se bifurca obligándole a seguir por la derecha o por el tramo izquierdo de la carretera. Si conoce la geografía o está acompañado de alguien familiarizado con la zona entonces se elimina la incertidumbre y la angustia resultante. En el caso de ser un viajero solitario, pero con nociones de lógica elemental, tendrá que detenerse y aplicar los conceptos de los puntos cardinales para ubicar su localización versus la del destino final.

La patología como rama de la medicina es responsable del estudio anatómico y de laboratorio de las enfermedades con el propósito de verificar su naturaleza, comportamiento y respuesta óptima a las distintas formas de tratamiento. Siendo el anatomopatólogo un especialista debemos siempre ubicarlo en el rol como miembro de un equipo que participa en el manejo de los y las pacientes. El conocimiento de la edad, sexo, etnia, historial de salud personal y familiar, conjuntamente con los datos recientes de síntomas y signos presentes constituyen una valiosa información necesaria al momento de interpretar las alteraciones observadas en una biopsia o batería analítica. Contar con la herramienta de un protocolo electrónico agiliza y mejora la calidad y exactitud diagnóstica contenidas en el informe patológico.

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En gran medida la capacidad diagnóstica de un anatomopatólogo reposa en su memoria visual a largo plazo ya que este acumula una infinita cantidad de imágenes microscópicas en su mente por lo que al encontrarse con otra similar es como un agradable reencuentro con alguien que no constituye un extraño ser. Es común en el argot patológico escuchar el término “esto se me parece, o esto me recuerda, o este caso corresponde a tal o cual enfermedad”. Observemos que en estas expresiones se percibe el elemento subjetivo y personal, algo no siempre aconsejable en el habla científica. Las cifras y fórmulas estadísticas nos ayudan a mejorar las probabilidades de nuestra certeza diagnóstica. Sin embargo, el estado anímico, la actualización científica, así como el sano hábito de compartir opiniones entre colegas son componentes que modifican la capacidad y fidelidad de los reportes.

Las imágenes microscópicas de las biopsias teñidas en rojo y azul con colorantes ácidos y básicos llamados eosina y hematoxilina respectivamente, han logrado ser convertidas en imágenes electrónicas expresadas en megapíxeles. Esas nuevas fotografías electrónicas pueden ser analizadas cualitativa y cuantitativamente mediante un escáner para luego interpretarse con el uso de medios algorítmicos. La inteligencia artificial como metodología programática algorítmica mejorada y ampliada con la versión conocida en inglés como Machine Learning puede integrar y comparar los datos de la imagen introducida con otros ya existentes y darnos una respuesta de memoria objetiva. La versión mejorada denominada Deep Learning es aún más exacta y profunda en el análisis y emisión de resultados fidedignos ya que integra más variables y profundiza la comparación mediante nodos neuronales que simulan nuestra corteza cerebral.

La inteligencia artificial ha devenido en gran auxiliar de la memoria del patólogo y en una mejora en la calidad de los reportes por medio del Chatbot.