El mundo está abierto a la preocupante posibilidad de que el virus SARS-CoV-2, se vuelva más transmisible y potente contra las vacunas como variante de nombre ómicron, con un alto número de mutaciones experimentadas que enciende alarma entre científicos de la vigilancia epidemiológica.
Lo inmediato para República Dominicana no es solo el amurallarse contra la llegada de viajeros desde países donde aparece la nueva versión del germen, restricción que la Organización Mundial de la Salud desaprueba.
Mientras los estudiosos se ponen de acuerdo sobre la real capacidad de replicarse y de ser de mayor gravedad y mortalidad, el país tiene que concentrarse en la efectividad de vacunaciones y prevenciones con uso de mascarillas manteniendo fuera de lugares concurridos a quienes no hayan adquirido inmunidad.
Las naciones que aun antes de que se detectara la nueva variante han estado registrando incrementos de casos de la enfermedad, en Europa principalmente, son aquellas en las que la gente más reniega de la inoculación hasta el punto de recurrir a protestas que a veces incluyen violencia.
Los negacionistas y omisos que insisten en que están en el derecho a seguir sin vacunarse aunque con su actitud niegan el derecho de los demás a protegerse de un mal que puede matarlos, constituyen hoy los principales aliados de la infección que hunde a una parte de la humanidad en la pandemia. Su actitud es ahora de mayor amenaza al prójimo.
Desde todo punto de vista, la vacuna es arma primordial contra SARS-CoV-2
Casi en Navidad, la apatía podría arruinar muchos buenos planes
A la vista los ejemplos extremos de pueblos que violaron las reglas