España inicia un período de gobierno bajo la rectoría del Partido Popular, autocalificado como de centro reformista en sus estatutos, en medio de una crisis económica que mantiene desempleada a la cuarta parte de su población y que arrastra consigo la economía europea, su integración y moneda, y amenaza la economía occidental y mundial.
Sus primeras medidas, centradas en disciplina fiscal, hacen recordar aquellas de austeridad adoptadas durante el gobierno reformista dominicano de 1966 pareciendo que le sirvieron de lección; y aleccionan sobre la disciplina fiscal que habrá que adoptar el gobierno dominicano que surja de los próximos comicios presidenciales para corregir los déficits que afectan nuestra economía. Ningún otro partido dominicano reúne, por sus doctrinas asumidas, prédicas y prácticas, capacidad y experiencia; disposición para disciplinar las finanzas públicas como las tiene el reformismo.
Las demás opciones mayoritarias se inscriben en doctrinas estatizanes, populismo, clientelismo, influencia de las bases, cortesanía al poderío económico y vocación a la cursilería financiera; lo cual no augura disposición para procurar la disciplina fiscal conducente a corregir los factores generadores de nuestros déficits internos y externos que nos ha hecho envolver en la peligrosísima vorágine del endeudamiento.
Lamentablemente el PRSC no emite señales que está percatado de la exclusividad del reformismo para disponer del saneamiento de nuestra economía vía la disciplina fiscal cuando prioriza su praxis en adherirse a otros partidos inscritos en el gasto dispendioso, en imposición de tributos supuestamente para financiarlos que al resultar insuficientes nos llevan a la prisión del endeudamiento.
Así el PRSC ignora las lecciones hoy dadas por el PP español y las del reformismo original nutriente, de alguna manera, de lo propiciado por nuestro par europeo. Pero no sería la única lección dada por el par español del PRSC que éste estaría ignorando. También ignora que un partido alcanza y mantiene su grandeza cuando muestra ganas y garras de gobernar, expresiones del primer gobernante del PP.
Mientras el PP se mantuvo auto-reducido al rol minoritario; colocándose, comportándose y aceptando un tratamiento como tal, nunca concitó la atención preferencial de los españoles hasta que en 1989, atrayendo liberales y democristianos, mostró ganas y le salieron garras para vencer a los demás partidos del sistema político español.
Lamentablemente el PRSC no aplicará estas lecciones mientras siga dándose a sí mismo el tratamiento de partido minoritario, sumándose a otros reconocidos consuetudinariamente como tales y empeñándose en adherirse a bloques descalificados de aplicar lecciones dadas y recibidas de corrección fiscal para el enderezamiento de nuestra economía y consecuente mejoramiento de las condiciones de vida de nuestra población.