Interesante

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BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
El titular del aviso reza: «Presidente Leonel Fernández recibe 50 millones de la Superintendencia de Seguros». En el párrafo penúltimo copiado a la letra se lee: «Dijo (el Superintendente doctor Euclides Gutiérrez Félix, subrayado mío, bgp) que la Superintendencia de Seguros tiene ahorros de la asignación que recibe, debido a que se rige por las disposiciones establecidas en la Ley 146-02 que regula las actividades del seguro en la República Dominicana».

¿Asignaciones? El párrafo l) del artículo 245 dice así: Presentar al Poder Ejecutivo para su conocimiento y decisión, el presupuesto anual, cuando la institución no disponga de recursos suficientes para cubrir sus gastos (subrayado mío bgp).

Luego de leer el párrafo anterior no está claro si el dinero que entregó el Superintendente fue un sobrante de asignaciones presupuestarias contenidas en la Ley de Gastos Públicos o si esos dineros son fruto de los ingresos de la institución establecidos por la Ley l46-02, cuyo artículo 239 dice:

La Superintendencia disfrutará de autonomía financiera en el área de gastos, ya que sus ingresos provendrán de la aplicación del treinta por ciento (30%) del total de los ingresos por concepto de ITBIS, aplicado a las primas de seguros (Ley de Reforma Tributaria), debiendo manejarse con estricto apego al presupuesto anual sometido por el Superintendente a la Secretaría de Estado de Finanzas y estará sujeta a las inspecciones que pueda disponer la Contraloría General de la República.

Si es un sobrante de asignaciones, parece haber un cálculo alegre de parte de quienes formulan el proyecto de Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos, alejado del comportamiento de los ingresos, pues en una sola dependencia del Estado sobran 50 millones de los cuales dispone el Superintendente de Seguros sin consultar con nadie. Así se actuaba en el pasado para que los dineros «sobrantes» engrosaran el fondo l401, que manejaba el Presidente de la República «a verdad sabida y buena fe guardada».

Si es un sobrante de los ingresos de la institución, hay que observar con cuidado ese río crecido de bonanza económica, ya que la Ley 146- 02 no prevé esas situaciones, pues de aumentar así los activos la Superintendencia podría retener un dinero sin uso, luego de que la institución cumpla con sus obligaciones.

De todos modos no hay que ser cicatero: es oportuno felicitar al doctor Gutiérrez Félix, cuyo ejemplo debe ser imitado por otros funcionarios que manejan instituciones descentralizadas del Estado, para que entreguen los «excedentes presupuestarios» a ver si esos ahorros contribuyen a disminuir la deuda eterna que todos los gobiernos se han ocupado de aumentar.

La Cámara de Cuentas y la Contraloría General de la Nación deben explicar qué base legal faculta a un funcionario para que disponga de recursos públicos y los destine a su mejor decisión.

Ante tal demostración de eficiencia se me ocurre pensar que el Presidente Leonel Fernández introdujo las extremidades inferiores cuando sustituyó al doctor Gutiérrez Félix como jefe de la Corporación de Empresas Estatales y por eso hubo que vender la CORDE, en el período 1996-2000.

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