Interesantes pinturas y dibujos de Iris Pérez
en Arawak

Interesantes pinturas y dibujos de Iris Pérez <BR>en Arawak

POR MARIANNE DE TOLENTINO
En pocos días, Arawak ha presentado dos veces a Iris Pérez. La primera fue en el marco de “Nuevas Propuestas” de Arte Barceló, en su tercera y excelente edición, coordinada por la propia Mildred Canahuate, en sus funciones de presidenta de la Asociación de Galerías de Arte.

De modo bastante excepcional, la exposición de Arawak –y especialmente  las obras de Iris Pérez– estaba a tono con la fiesta de instalaciones  que se sucedían en ese “piso ejecutivo” del arte.

Ahora y durante parte del mes de junio, Mildred Canahuate vuelve a presentar en su local del Ensanche Piantini a la artista. Continua así el circuito de exhibiciones individuales, “una serie de exposiciones, casi simultáneas”, como bien lo expresa Clara Caminero, que es su curadora. Por cierto no es una tarea fácil lograr una selección entre los centenares de obras que Iris ha producido, como si no ella pudiera apaciguar su fiebre de creación.

El reto ha sido cumplido, y alternan, de modo muy coherente, pinturas y dibujos en soportes bidimensionales, dibujos también, pero sobre cubos, cuales un gigante juego de dados. Una muy simpática variante, que convence y seduce, como lo hicieron antes las niñas sentadas, esculpidas  en “papier maché” y viajeras a los Juegos Olímpicos de Atenas.

La trayectoria comprometida de Iris Pérez

Iris Pérez es una artista a quien definitivamente se debe tomar en cuenta en el arte contemporáneo dominicano.

Referirse a ella como a un talento ascendente no se justifica: Iris ha ido probando su seriedad, su consistencia, su creatividad incontenible. Desde la exposición que presentó en Bellas Artes en 1999,  ella se distingue por un estilo cada vez más personal, con una obra rica, abundante y comprometida, que pone de manifiesto el placer de investigar y encontrar.

 Formada en la Escuela Nacional de Bellas Artes donde hoy enseña, ella alterna el dibujo, la pintura –ambas categorías dominantes-, la escultura, y recientemente incursionó en la cerámica. Hemos de destacar que Iris fue seleccionada entre  casi 5000 candidatos del mundo entero, para participar en una colectiva planetaria de los Juegos Olímpicos de Atenas, recibiendo un notable reconocimiento. Desde entonces, ella ha trabajado con una entrega increíble: no le quedaba otra opción, sino exponer.

Si mencionamos  el compromiso como elemento fundamental de su obra, es que siempre Iris Pérez se ha implicado en la defensa de la condición humana y más particularmente de la mujer, abusada y explotada. Ahora nos sumerge en la problemática de la ciudad, en un “Hábitat humano” que encierra a las criaturas en espacios, fragmentados y cerrados, y, pese a esa densidad, mantiene o incrementa la soledad, la separación, la carencia de comunicación.

Cabe señalar que la artista jamás  ha perdido sus objetivos psicológicos  y sociales, tampoco el control de los medios, aunque la pasión por el arte culmina en una productividad impresionante. Al mismo tiempo ella se expresa con una total libertad, como lo quiere, como lo siente, sin perder la autenticidad, la inocencia y el frescor de alma, cualidades que transmiten sus protagonistas.

Un sabio homenaje a la niñez

Quien no conoce a Iris Pérez podría pensar que son dibujos de niños, o que ella los copia. Evidentemente no. Sabemos que varios grandes artistas modernos estaban fascinados por la facilidad y el ingenio de la primera edad. Citemos a Kandinsky, Klee y Picasso, también capaces de identificarse circunstancialmente con la expresión infantil, a manera de juego. La joven artista dominicana delinea esas figuras, espontánemente, sin esfuerzo y de manera repetida, exitosamente –a diferencia de otros que en vano lo han intentado.

Se trata de una evolución hacia la simplificación y demuestra la agilidad de la escritura, aun cuando aparentemente mimetiza, en personajes elementales, los esquemas  torpes y rápidos trazados por los pequeños. Iris Pérez sabe representar el espacio, casi siempre en forma bidimensional, y con una voluntaria falta de perspectiva. Más que de composición,  hablaríamos de organización espacial, con una construcción  de la imagen. La forma mosaicada también resulta, propiciando una lectura múltiple y sucesiva: en Arawak está un ejemplo contundente como uno de los cuadros –el término vale– principales.

A las figuras, que son generalmente el centro de sus ambientes –pictóricos o dibujísticos–,  ella agrega estructuras y elementos gráficos, abstractos o neo-figurativos. Observamos una singular variedad en el campo de la línea, de fina a espesa: circular, recta, elíptica, sinuosa, abierta, paralela, cerrada, ovalada. ¡Un verdadero ejercicio lexical para una geometría más que sensible! Los impulsos del gesto parecen inagotables, aunque finalmente se controlan –lo señalamos–  y actúan dentro del soporte, en diálogo constructivo con trazados metódicos.

Los personajes, con un predominio de hembras,  de pie, de frente o de perfil, suelen presentarse de cuerpo entero, generalmente alineados. Hay pocos protagonistas  aislados, pero ello no quiere decir que comunican, casi siempre se limitan a cohabitar. La deshumanización  del mundo, la superpoblación, las carencias, no favorecen los intercambios y la confraternización. Ese mensaje, esa advertencia, destinado a provocar la reflexión, nos los envía Iris Pérez.

El dibujo y la pintura actualmente tienden a identificarse; las técnicas, los medios, los soportes se van combinando; la separación entre las categorías se borra. Iris Pérez constituye un ejemplo de esa imagen “globalizante”, que corresponde a los textos en literatura. Ella persiste en discernir “Dibujos y Pinturas”, a pesar de combinar con frecuencia materiales  y procesos, gráficos y pictóricos, en un mismo trabajo. 

Respetamos esa separación  que Iris mantiene y que contrasta con la práctica. No obstante, para nosotros, “Hábitat Humano” es sencillamente  “una” obra y producción, apasionada,  inteligente, desbordante de humor y de ternura. Iremos recorriendo las próximas etapas de ese original circuito, que ya estamos esperando.

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