Intereses económicos tienen en la mira áreas protegidas

Intereses económicos tienen en la mira áreas protegidas

A juicio de organismos multilaterales como la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, en la mayoría de los países subdesarrollados, incluyendo la República Dominicana, existen muchos obstáculos para la conservación de las especies de la flora y la fauna y las áreas protegidas, los cuales no son de tipo técnico, sino políticos.

En el caso de la República Dominicana, uno de los problemas más significativos es la especulación inmobiliaria que amenaza áreas protegidas mayormente urbanas.

En estos momentos, por ejemplo, está en discusión el uso de una parte de los terrenos del parque Mirador Sur para proyectos inmobiliarios.

Casos como el del Mirador van a ser frecuentes a medida que intereses políticos y económicos se aprovechen de la debilidad institucional y una falta de política clara de los cabildos para la protección de valores del medioambiente urbano en el caso de las ciudades.

Para estos países la conservación de la biodiversidad ocupa una posición muy baja en la lista de prioridades políticas y cuentan con recursos económicos insuficientes para sostenerla.

Los organismos también consideran que la lucha contra la pobreza está totalmente desvinculada o en conflicto con la conservación de las especies.

Lamentablemente esto ocurre principalmente en países de tipo tropical, que es donde está ubicada la mayor biodiversidad de la tierra y sus especies amenazadas.

El problema es particularmente grave en las áreas protegidas que reservan hábitats importantes para la conservación de especies donde se imponen medidas estrictas para el aprovechamiento de los recursos naturales, donde los habitantes locales tienen que pagar un alto costo para ello.

Ese alto costo consiste en la aparente pérdida de beneficios de uso de la tierra para fines más lucrativos. En República Dominicana, por ejemplo,los conflictos de tensión sobre áreas protegidas radica primordialmente en que los habitantes locales desearían usar el territorio para pastizales ganaderos o más bien para fines habitacionales o comerciales.

Aunque en el país no se han hecho estudios (al menos públicamente) sobre la tensión o presión social sobre las áreas protegidas, se sabe que los lugareños, particularmente los que viven en condiciones de subistencia, normalmente no ven en qué pueden beneficiarse de la conservación de especies.

Para la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza lograr el equilibrio entre las necesidades de los habitantes y la protección a las zonas protegidas y hábitats críticos para las especies es uno de los mayores retos para la conservación en la actualidad.

Para comprobar este problema, tenemos el caso, por ejemplo, de la región Suroeste del país, donde existen alrededor de 16 áreas protegidas.

Según los índices de pobreza hechos y medidos por la Oficina Nacional de Planificación (ONAPLAN) es la región con más pobreza en el país. Esto se refleja en la destrucción causada por la tumba de árboles para extracciones clandestinas e incendios y un ejemplo de ello es la Sierra de Bahoruco que ostenta un récord impresionantemente negativo de incendios.

Sólo el caso de la Sierra de Bahoruco oculta una realidad sabida por todos: campesinos en condiciones de subistencia que ven las áreas protegidas como una salvación esporádica y circunstancial de sus necesidades.

Reportes de organismos gubernamentales como el realizado este año por la parte dominicana de la Convención de lucha contra la Desertificación y la Sequía expresa que en la Sierra de Bahoruco las áreas que están siendo más afectadas por la tumba y quema son las inmediaciones del poblado de Polo, la vertiente sur de Las Mercedes y Los Arroyos y el área cercana ala frontera con Haití, entre El Aguacate y Jimaní.

«Los incendios forestales tienen grandes efectos en la vegetación pero sobre todo en los pinares de la parte alta de la Sierra, cuya intensidad va a depender de la temperatura del fuego y de la altura de las llamas. Otra causa aparente es el hecho de que según informaciones de lugareños los haitianos se trasladan durante la noche al área donde tienen los conucos, empleando antorchas para iluminar el camino, cuando esta se consume la botan (todavía encendida) ocasionando de esta manera el fuego. También pueden ocurrir incendios en la parte baja, provocados por la agricultura migratoria. El fuego causa problemas no sólo a los bosques, sino a toda la biodiversidad existente», dice el informe de la convención.

[b]LA DECLARACION DE BAVARO[/b]

La Declaración de Bávaro, salida de la recién finalizada XII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, reconoce el problema socioeconómico que encierra la ecuación negativa que resulta de dos elementos opuestos: agricultura de subsistencia necesidades de pobladores rurales y la preservación de los recursos naturales.

El artículo 24 del texto oficial de la declaración dice lo siguiente: «Asignamos particular importancia a los programas de manejo y protección de los recursos naturales, en especial al Plan de acción Iberoamericano para la Protección y Aprovechamiento de los Recursos Hídricos, a las cuencas hidrográficas, tratamientos de residuos que alcancen la más amplia cobertura de la región, a la producción agropecuaria, a la reforestación y la conservación de suelos y agua, para el fortalecimiento de una actividad agrícola, pecuaria y forestal sostenible y competitiva, y posibilitar una planificación de normalización de la calidad de agua para distintos usos y de la gestión integral de residuos para toda la comunidad iberoamericana».

Más adelante, en el artículo 26 los mandatarios consideran necesario mantener un equilibrio entre la «intensificación de la producción agropecuaria y el manejo de la sostenibilidad de los recursos naturales» y la reducción de la vulnerabilidad de las economías de las familias que trabajan en el campo.

«Reconocemos la transferencia tecnológica y cooperación técnico-científica como herramientas adecuadas para lograr este equilibrio. Por ello, apoyaremos programas de investigación para el desarrollo del sector agropecuario y su articulación a nivel local, nacional, regional y global», dice el texto de la declaración.

En uno de los últimos artículos que se refieren al tema del medio ambiente y recursos naturales, que es el 34, los mandatarios iberoamericanos reconocen que las áreas protegidas constituyen uno de los fundamentos principales para el desarrollo del turismo sostenible, en particular el ecoturismo, para lo cual es indispensable respetar el principio de conservación de la biodiversidad y los servicios ambientales que ella proporciona, así como la integridad del territorio de las mismas.

El texto de la Declaración de Bávaro no podía ser más claro, pues destaca el problema crucial de la conservación de la naturaleza que es la compatibilidad entre la preservación y las necesidades socieoeconómicas.

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