Intereses en el afán electoral

Intereses en el afán electoral

Es una verdad de a puño que el interés de triunfar en las urnas es tan poderoso para una parte de los aspirantes que estos acuden al torneo a sabiendas de que por la vía institucional no recuperarían la “inversión” en que incurren más cuantiosa de lo que luego recibirían en sueldos, asignaciones para gasto de representación, viáticos y a veces exoneraciones. El amor a la patria o el inspirado propósito de servir no son muy demostrables, visto el gozoso esplendor de vida personal que vox populi suele atribuirles a algunos participantes de la Cosa Pública. La violencia y enconos, y el proliferante transfuguismo sin primarias, han sido indicios de un desbordamiento de las ambiciones personales.
La carrera electoral se mercantiliza con ciertos actores poniendo la vista en las ventajas que da el poder. Costaría trabajo demostrar idealismo cuando se está dispuesto a gastar una millonada solo para ser regidor. Tras cada proyecto partidario el dinero tiene que correr a raudales y algunos promueven al Estado como fuente de beneficios para gente o sectores. La abundancia luce imprescindible para llegar a la meta y no hay forma de garantizar que los recursos obtenidos no se derivan ilegalmente de lo estatal ; ni de personajes de dudosa actividad o que aspiren a influencias sobre curules y cabildos para lucrarse. La democracia no debe ser aprovechada como subasta para beneficio de quien más dé y sin ver más allá.

Orientar bien a los votantes

De lo simple y claro que resultaba en anteriores consultas recientes, el acto de depositar el voto el próximo 15 de mayo pasa a ser complejo. En vez de una boleta serán tres. Habrá que concentrarse en una múltiple selección de sus contenidos en poco tiempo y cuidarse de acertar con las casillas de preferencia. Equivocarse o excederse al rayar anularía el voto a la hora de contarlo.
Los partidos políticos tienen que jugar un papel en adición a la labor de instrucción de la propia JCE . Deben edificar al mayor número posible de sus seguidores sobre la forma correcta de sufragar utilizando réplicas de las boletas puestas a su disposición. Familiarizarlos con el proceso de utilizar con certeza cada impreso en la forma que dicte su conciencia. La expresión de la voluntad popular debe ser captada con un mínimo de yerros, para bien de la democracia.

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