El Ministerio de Interior y Policía reabrió la Dirección de Armas, cerrada desde diciembre por las irregularidades detectadas en detrimento de los usuarios, tras someterla a una reingeniería en sus instalaciones físicas, personal y procesos.

Una nota expresa que como punto novedoso, a partir de ahora nadie podrá adquirir un arma nueva o un traspaso entre ciudadanos sin previa autorización del organismo.
Expone que como forma de evitar la discrecionalidad, los servicios relativos a exámenes siquiátricos, laboratorios clínicos y polígonos de tiro serán designados de manera aleatoria, en función de la proximidad de la dirección del solicitante.

“Antes, el interesado iba al laboratorio, polígono y siquiatra de su preferencia, y con solo presentar esas documentaciones ya tenía derecho a una licencia, ahora, con el método nuevo, no será posible”, dice el texto.

Fue habilitado el piso 11 del edificio de Oficinas Gubernamentales (El Huacal), y ampliadas de dos a 20 las estafetas para agilizar el proceso, y el nuevo personal son jóvenes estudiantes y profesionales.

Al pronunciar el discurso central del acto, el ministro Jesús Vásquez afirmó que pasar del caos al orden, de la arbitrariedad o discrecionalidad en la aplicación de la ley, al cumplimiento irrestricto puede provocar malestar, incluso resistencia.

“Pero estamos convencidos de que siguiendo los procesos, que estarán en constante evaluación y revisión para mejoras, podremos llegar a un sistema de registro de armas de calidad, eficaz y eficiente, y prestar un servicio transparente, en total apego a las disposiciones legales y dar la tranquilidad de que si a una persona se le otorgó una licencia para porte y tenencia de armas, es porque está en total condición, es el compromiso que hemos asumido y con Dios mediante, vamos a lograrlo”, expresó.

Vásquez Martínez advirtió que los usuarios que tengan interés en comprar, traspasar o renovar sus licencias deben agotar una fase de preaprobación, que consiste en determinar la aptitud, mediante valoración siquiátrica, antidoping, alcohol y manejo del arma en un polígono de tiro.

Afirmó que aunque esos criterios estaban previstos en la Ley 631-16, eran obviados y manejados a discreción, lo que hacía más vulnerable que personas sin condiciones pudieran acceder a la licencia.