Intermediación de efecto voraz

Intermediación de efecto voraz

Forzados seguramente por una sobre producción irracional o irresponsablemente tolerada por el Estado, los granjeros de pollo y huevos venden en este momento su producción por debajo de costo. En vez de, por justicia, expender tales alimentos traspasando el efecto reductor y bienhechor a los consumidores, los comerciantes de todos los niveles, incluyendo los poderosos, mantienen en altos precios (como si todavía les costaran caras) esas fuentes de nutrición sanas y ventajosas. Los ciudadanos de todos los niveles de poder adquisitivo están comprando injustamente caros los huevos y los pollos. Tómese esto como una muestra más de que el crecimiento de la economía sigue sin derivar con equidad sus ricos frutos.

Ni Inespre, entidad creada originalmente para el equilibrio protector entre productores y consumidores para que ni unos ni otros se perjudiquen de la comercialización, cumple su papel, pues ha devenido en órgano politizado para agendas personales y repartos populistas; ni la entidad de Procomsumidor asume a cabalidad el rol de amparo al consumidor por no estar alerta a las fluctuaciones de existencias y precios de insumos y materias primas o de alguna otra situación que pueda perjudicar o favorecer al comprador humilde, aun a sabiendas de que el 80% de los salarios, mínimos o promedios, no alcanzan para alimentarse y vivir con la decencia y suficiencia que merecen los humanos.

FALTA LA SOCIEDAD PROTEJA A LA GENTE

Si 34,473 personas del país fueron mordidas en un año por animales diversos, sobre todo por “domesticados” perros y gatos, entonces quienes más tienen que estar a la defensiva en sus relaciones con los seres irracionales son los humanos. Otros índices de comportamientos contra la integridad física de hombres y mujeres entre su propia especie no fueron tan negativos, relativamente hablando. Algo anda mal.

Los más ortodoxos defensores de mascotas y realengos serían capaces de culpar a las víctimas humanas de tales mordeduras por alegadamente provocar o no comprender en su naturaleza a los brutos del reino animal. Dirán que la mayoría de los felinos y los canes solo dentellean si les joden la paciencia o los privan de alimentos y atención. Pero estamos hablando de cuadrúpedos que transmiten enfermedades mortales de las cuales solo nos defiende el centro antirrábico con escaso rol.

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