Intervencionismo electoral

Intervencionismo electoral

JOSÉ B. GAUTIER
Con mucha candidez e inocencia casi infantil, el Presidente del más alto tribunal comicial dominicano, la Junta Central Electoral, doctor Luis Arias Núñez, anunció que la entidad gubernamental que preside, ofrecerá asistencia técnica y logística en materia electoral a la República de Haití, a solicitud de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Con ese halo de pureza celestial reflejada en sus declaraciones públicas a la prensa nacional comienza el desarrollo de un explosivo y peligroso conflicto internacional que todos los funcionarios gubernamentales dominicanos, aunque sean de instituciones autónomas del Estado, deben entender para poder evitar y no caer víctimas en ellas o ser utilizados como sus testaferros: La violación al respeto del principio de la no intervención en los asuntos internos de otro Estado. La República Dominicana no puede inmiscuirse ni intervenir en los asuntos internos de la República de Haití. Tenemos que respetar este principio del Derecho Internacional Público Americano para que se nos respete como nación soberana. Este principio, como política de Estado, debe ser inmutable. Las elecciones de representantes a cargos públicos tocan las fibras más sensibles de la sociedad haitiana. ¿Por qué meternos los dominicanos en la caldera del diablo?

¿Es que la Organización de Estados Americanos (OEA) está tan  perdida, tan en el limbo geopolítico para no conocer el enfrentamiento histórico que ha existido entre las dos naciones que comparten la isla de Santo Domingo? ¿Será falta de tacto o existe mala fe de parte de la Organización de Estados Americanos (OEA) para proponer a organismos gubernamentales dominicanos el asesoramiento a entidades gubernamentales haitianas sobre celebración de comicios, con los mismos sistemas técnicos y logísticas utilizados por los dominicanos en sus elecciones presidenciales, congresionales y municipales? ¿Cree la OEA que aquí nos chupamos los dedos? ¿Qué hay detrás de esta oferta? ¿Qué trampa esconde? ¿Qué busca desatar la OEA entre dos naciones vecinas padeciendo de inmensos problemas migratorios irresolutos, donde en el territorio dominicano residen más de un millón de ciudadanos ilegales haitianos, compartiendo padrones electorales similares? ¿Registros civiles, actas de nacimientos, empadronamientos electorales similares? ¿El voto del haitiano ausente, el de la diáspora, similares? ¿El jus sanguinis frente al jus Solís o viceversa? ¿La doble nacionalidad compartida? ¿Es que la OEA quiere que los dominicanos asumamos la soberanía territorial y electoral del pueblo haitiano, tomando a la vez los haitianos la identidad de los dominicanos comenzando con la preparación y la organización de elecciones de sus representantes igual que aquí? Despertemos. Sospechemos. No seamos tan tontos. Mucho ojo a estas nefastas maniobras electorales con apoyo internacional para ayudar a Haití que crean tantas suspicacias.

Además, hay que ser muy ingenuo para creer que el pueblo haitiano va a aceptar ese intervencionismo dominicano en materia electoral, aunque sea disfrazado con el emblema de la OEA. Mucho menos aceptar los resultados que se deriven de un evento comicial tan festinado por la participación dominicana.

Ese quita y pone de autoridades gubernamentales elegidas por el pueblo, mediante la intervención armada extranjera aplastando la voluntad popular, como la que ha ocurrido recientemente en la República de Haití, no solo utilizando las fuerzas militares de la OEA, sino, además, con las de las Naciones Unidas (ONU), en contra de un pequeño e indefenso país, debería ser un oprobio internacional, en vez de hablar ahora de asesoramiento para unas nuevas elecciones. ¿Y si el pueblo haitiano elige otra vez al candidato que la OEA o la ONU no quieren? ¿Van a crucificar estos dos colosos conglomerados de sociedades de naciones, la OEA y la ONU, a la República de Haití por su primitivismo social indomable y arrasar con la esencia de una libertad e independencia diferente, ganada por su pueblo en el tiempo, a sangre y fuego?

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