Intifada es el vocablo árabe que traduce rebelión, se han producido dos, y todo vislumbra que hoy estamos en presencia de formarse la tercera, conforme ilustran las noticias provenientes de Jerusalén y Cisjordania.
La primera Intifada se produjo en 1987 y concluyeron con los Acuerdos de Oslo de 1993 mediante el cual el Estado de Israel aceptó la formación del Estado Palestino en Cisjordania y la Franja de Gaza, acuerdo que como todos los que palestinos firman con los israelíes, son descaradamente incumplidos por éstos.
La segunda Intifada se produjo en septiembre del 2000 y el resultado fue el inicio del brutal bloqueo criminal de la Franja de Gaza por el Estado de Israel, inaugurando la prisión más grande que conoce la humanidad de 450 kilómetros cuadrados, donde residen en condiciones inhumanas 1.8 millones de palestinos, encerrados por aire, mar y tierra por Israel.
En Cisjordania, que fue cedida por el rey Hussein de Jordania en 1993 a los palestinos para que fundaran su hogar nacional, los gobiernos israelíes, liderados por Ariel Sharón y Benjamín Netanyahu, han construido ilegalmente más de 500 colonias de judíos, en estrecha y difícil convivencia con los palestinos, dueños legales de esas tierras.
Presenciamos los pódromos de una tercera Intifada motivada por el encierro forzado de 1.8 millones de palestinos en la Franja de Gaza y el sofoco de los que residen en Cisjordania acosados por intrusos judíos.
Se añaden a esos escarnios de israelíes a palestinos la prohibición de los primeros a los segundos de ingresar a las Explanadas de las Mezquitas, tercer lugar sagrado del Islam.
Los gobernantes norteamericanos son los grandes culpables de los atropellos a los palestinos, retirándose de la UNESCO en 2011 por admitir a Palestina Estado Miembro, y después condenan al Estado Islámico.