Intrusión salina atenta contra actividad turística región Este

Intrusión salina atenta contra actividad turística región Este

Frank Rodríguez, exdirector del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi), vaticinó que la sostenibilidad a mediano plazo de la actividad turística en la región Este estará condicionada a la disponibilidad de agua en cantidad y calidad adecuada.
Citó que en esa región la demanda de agua pasará de 22 millones de metros cúbicos por año a 197.7 al 2025 con el agravante del aumento de la intrusión salina, sobre todo en la provincia La Altagracia, donde está el mayor crecimiento hotelero.
Señaló que en la zona de Bávaro-Punta Cana, los hoteleros han tenido que movilizar la ubicación de sus pozos hasta nueve kilómetros de la costa cuando antes los tenían a dos kilómetros.
Los planteamientos de Rodríguez están contenidos en su libro: “La cultura del agua: una transformación social”.
Recordó que en la referida región se depende mayormente de agua subterránea por lo que ante la alta densidad y crecimiento de la población, la intrusión salina ha avanzado debido a la extracción intensa de agua dulce lo que produce que avance el agua salada del mar tierra dentro, convirtiendo el líquido en salobre.
El ingeniero Rodríguez indica que los hoteleros deben mover sus bombas y perforar nuevos pozos tierra adentro a medida que el fenómeno avanza.
Registra que en algunos puntos la interface entre agua salada y dulce se encuentra a 12 y 14 kilómetros y en otros casos aún mayor la distancia.
“Un aumento de consumo lleva a una mayor extracción en los pozos y por tanto a un avance del proceso de intrusión marina. La salinización de los pozos es un problema que puede llegar a generalizarse en las zonas costeras si los recursos no se gestionan adecuadamente”, advierte.
Pocos ríos. Para Rodríguez la situación del aprovechamiento del agua amerita un cuidadoso estudio, pues se registra en esa zona, en especial en La Altagracia, una proyección de la cuña salina, que compromete la calidad del agua de los acuíferos que son explotados en esa zona de tan inmenso movimiento de turistas y con inversiones crecientes programadas en nuevas instalaciones hoteleras.
Reconoce que más allá de los ríos Roso e Higuamo las fuentes superficiales son escasas en la región Este, por lo que la regulación mediante obras hidráulicas son limitadas.
Apunta que el Indrhi tiene una red de control de la instrucción salina con 25 puntos de observación en el Este, en los cuales se aprecia de la distribución de cloruros, lo que pone en evidencia el grave fenómeno de salinización de las aguas subterráneas.
Rodríguez manifiesta que esa situación se puede advertir en Boca Chica, San Pedro, La Romana y en La Altagracia y en esa última provincia está “gravemente comprometida la calidad de agua”.

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