Invasión y conquista de la Española,un libro  de Frank Moya Pons

Invasión y conquista de la Española,un libro  de Frank Moya Pons

Para conmemorar sus diez años de permanencia en el país, la Organización Odebrecht, con un amplio sentido multidimensional de responsabilidad social-empresarial, ha patrocinado la Colección de Historia Dominicana con el propósito de contribuir a valorizar y divulgar nuestras raíces culturales con miras a afianzar la identidad nacional.

El primer volumen de la serie de Odebrecht, coordinada por Bernardo Vega, lleva por nombre Taíno, que trata aspectos relevantes de nuestros aborígenes.  Ahora aparece el segundo tomo titulado Invasión y conquista de la Española, del reconocido historiador Dr. Frank Moya Pons.

La obra se inicia con una síntesis sobre los primeros contactos indo-hispanos establecidos en los albores del descubrimiento de América. Para ello el autor se basa en las dos fuentes que se tienen por el acta de nacimiento del Nuevo Mundo. El Diario del primer viaje de Cristóbal Colón, el cual se conoce gracias a Bartolomé de las Casas, quien lo glosó y enriqueció con sus propios comentarios en Historia de las Indias.  Y la célebre Carta del Descubrimiento enviada por Colón a los monarcas españoles, dando cuenta de sus hallazgos, con sus impresiones sobre la exótica naturaleza de las islas antillanas, así como de las gentes que habitaban en los confines de la tierra.

El autor continúa el hilo de la narración colombina con las versiones de otros cronistas que vinieron en el segundo viaje, como son los casos de Guillermo Coma, Miguel de Cúneo y del médico Diego Álvarez Chanca, quien envió una carta al cabildo de Sevilla, hablando sobre las costumbres indígenas, entre ellas la antropofagia ritual practicada por los caribes. Además de relatar el encuentro de Colón con Goacanagarí tras la destrucción del fuerte de la Navidad.

Del mismo modo, Moya Pons para completar su relato introduce fragmentos del cronista Pedro Mártir de Anglería, autor de Décadas del Nuevo Mundo, y de Andrés Bernárdez, mejor conocido como el “Cura de los palacios”, quien escribió un Memorial del reinado de los Reyes Católicos. Ambos, a pesar de nunca haber viajado a América, conocieron personalmente a Cristóbal Colón y obtuvieron de él y de otros viajeros abundantes noticias sobre las costumbres de los indígenas y la actuación de los conquistadores.

El autor resalta el importante papel de los intérpretes indígenas llamados “lenguas” en esos primeros contactos colombinos, así como la forma de intercambio o comercio sostenida entre españoles e indígenas mediante el trueque o “rescate” de productos exóticos.

En el segundo capítulo, denominado “invasión española”,  se describe el gobierno de Colón, teniendo como base a La Isabela. Desde allí emprende el Almirante, con el apoyo de Alonso de Ojeda, sus campañas de avanzadas por el cacicazgo de Guarionex tratando de llegar al Cibao, en la creencia que era el legendario Cipango,  dado que Colón al cruzar el océano creyó haber llegado al Oriente. 

Moya Pons explica el sistema de factoría implantado por Colón, siguiendo el modelo comercial establecido por los portugueses en África.  Y la imposición del tributo en oro que tenían que pagar los indígenas. Además de valerse de su rudimentaria producción agrícola para el sustento de la emergente comunidad hispánica. Pero pronto llegó lo que Moya Pons llama “desorden y colapso de la factoría”, tras la sublevación de Francisco Roldán que ostentaba el cargo de alcalde mayor de La Isabela. La rebelión marcó a juicio del historiador “la caída de Colon”, quien para sostenerse en el gobierno de la isla tuvo que otorgar concesiones a los insurgentes, repartiéndoles indios a su servicio, iniciando así el oprobioso sistema de las encomiendas.

El tercer capítulo trata de la economía minera durante la gobernación de Ovando,  requiriéndose el uso intensivo de mano de obra indígena, que conllevó a la destrucción de los cacicazgos de Higüey y Jaragua. Se desató lo que el autor llama “la fiebre del oro”, acarreando la vertiginosa caída demográfica aborigen por la explotación a la que fueron sometidos por los encomenderos. Haciéndose incluso necesaria la importación de indios esclavos de otras islas cercanas y de tierra firme.

Es cuando surge el clamor de justicia enarbolado por la Orden de Predicadores para protestar por las atrocidades cometidas en contra de los nativos. Moya Pons se auxilia de los relatos de Las Casas para explicar lo acontecido a partir del sermón de 1511, cuando la voz de Antonio Montesino se levantó imponente y atemorizadora para protestar ante el virrey Diego Colón y las demás autoridades coloniales por los excesos de los encomenderos en detrimento de los indígenas.

A los frailes dominicos se les unieron los franciscanos. Y las protestas de las órdenes religiosas no tardaron en llegar a España, iniciándose el proceso crítico de la conquista. Con lo cual la Corona dictó en Burgos, el 27 de diciembre de 1512, las primeras leyes de Indias, en las cuales se establecieron ciertas reivindicaciones para mejorar las condiciones laborales y las posibilidades de evangelización de los indígenas.

Moya Pons dedica el capítulo final de la obra a la “crisis demográfica”, cuantificando el acelerado descenso aborigen, provocado entre otras causas, por el maltrato y el efecto devastador de las epidemias. Para concluir con la guerra del Bahoruco sostenida por Enriquillo, que culminó en 1533 con un tratado de paz, cuyos pormenores fueron narrados, tanto por Fernández de Oviedo, como por Las Casas y Antonio Herrera.

Frank Moya Pons no tiene por objeto inclinarse a favor de la leyenda negra que pretende denigrar a la España imperial por su actuación en América. Su propósito es buscar la verdad histórica evitando una manipulación maniquea del pasado.  Y lo hace a través de las voces de los propios protagonistas que participaron en la fase de exploración, conquista y colonización de la Española.

En tal sentido, la obra se ha hilvanado desde una perspectiva coral, donde el autor ha elegido, con un estricto rigor documental, un conjunto de textos de aquellos que vivieron en primera persona los hechos ocurridos entre 1492 a 1546, cuando ya la presencia  indígena era casi imperceptible en el ámbito insular.

En definitiva, son muchos los cronistas que intervienen con sus relatos para ofrecer sus reveladores testimonios. Sin embargo, la gran baza del libro, concebido en gran formato, es el sabor a época que el autor logra impregnarle a través del uso de un amplio repertorio de antiguos grabados y pinturas que le confieren ambientación y lucidez.

Estas ilustraciones fueron seleccionadas con la colaboración del historiador José Chez Checo, quien domina como nadie el oficio editorial, logrando una amplia compilación de la historia gráfica del período colonial. A lo cual hay que sumar la excelente diagramación de la diseñadora Irina Miolán y la nítida impresión de Amigo del Hogar.

Con su amplia experiencia docente e investigativa, Frank Moya Pons en Invasión y conquista de la Española ofrece un recuento de forma didáctica, atractiva, ágil y sobre todo novedosa y apasionada, que, sin ser una antología de documentos, pone al alcance del lector textos de primera mano, así como numerosos grabados e ilustraciones de la época, para analizar y explicar con una renovada percepción histórica el proceso de incorporación de la isla a la Corona de Castilla. 

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