“Inventé el ritmo mangué porque no me considero merenguero”

“Inventé el ritmo mangué porque no me considero merenguero”

 

El músico, cantante y compositor dominicano Cheché Abreu dijo que inventó un ritmo al que le puso el nombre de “mangué” porque nunca se ha considerado como un merenguero.
“Mucha gente no sabe que realmente lo que soy es sonero, por eso inventé un ritmo que bauticé como mangué, que se tocaba con cencerro y tumbadora. No tengo la calidad para hacer merengue”.
Cheché dijo que lo que hacía, desde que comenzó con su grupo en 1966, era son montuno.
El intérprete de “La negra Pola” habló de su vida, su música y de los artistas a los que ha ayudado, durante el conversatorio “Por los caminos del merengue y el son” el pasado jueves en el Centro Cultural de las Telecomunicaciones.
Esta interesante tertulia es organizada el último jueves de cada mes por Alexis Méndez y su programa “Música maestro”, que se transmite cada domingo a las 3:00 de la tarde por la emisora Quisqueya FM.
Abreu agregó que en la época de sus inicios trabajan todos los días. “Tocábamos los lunes en el Bahoruco (de Cambumbo), los martes donde Argentina, los miércoles en San Cristóbal y duramos catorce años tocando todos los jueves en Borinquen Nightclub, el otrora famoso negocio de doña Herminia”, contó a los participantes de la tertulia.

Cheché Abreu recordó que los viernes tocaban donde María Chaché y los sábados estaban en Manoguayabo o en La Pared de Haina. “El domingo era doble, porque en la tarde trabajábamos en Agua Fría, un sitio que estaba ubicado en la calle Pedro Livio Cedeño, y a las 6:00 nos íbamos para El Diamante de Herrera, pero siempre montuno, porque ni yo ni mis músicos éramos merengueros”.
El artista, también famoso por sus sombreros, contó que en los años 70, cuando comenzaron a pedirle merengues en las fiestas, principalmente temas de Johnny Ventura y de Joseíto Mateo, le surgió la idea del ritmo que llamó “mangué”, con el que lograron una gran pegada entre la gente, aún sin sonar en la radio.
“El mangué nos marcó la pauta a seguir en la música. Es así como arrancamos a producir otros temas como ‘Son mi gente’, ‘No lo comente’, y ‘Mi vieja”.
Al recordar a Cuco Valoy, su compadre, dijo que en una ocasión, él manifestó que nadie inspiraba más en el son que Cheché Abreu y el difunto Ismael Rivera. “Y no sólo por lo que inspira Cheché, sino, porque mantuvo el son vivo por más de treinta años”, expresó.
Ha empujado a muchos. Cheché Abreu siempre se ha caracterizado por su desinteresada ayuda a otras personas, incluyendo artistas que hoy día gozan de fama y fortuna, como Wilfrido Vargas, quien debutó con él en la finca de don Carlos Alfaro, en La Yuca de Los Peralejos, según contó.
“Luego le grabé un merengue que decía ‘Con to’ los beduinos me voy al Cibao’. Llevé a Wilfrido donde Bienvenido Rodríguez, que vendía discos en un chinchorrito en una gasolinera que estaba ubicada al lado del hotel Moderno de la avenida Duarte”.
Le dije que Wilfrido iba a ser una explosión en este país y en efecto, quedó demostrado desde sus dos primeras grabaciones. Fueron estas “Con to’ los beduinos’ y “El semáforo”.
Cheché también contó la forma en que se acercaron a él Los Hermanos Rosario en el hotel Naranjo de Higüey, donde les dio la oportunidad de tocar. “Y dije, ‘estos muchachos se van a pegar’, después de interpretar el merengue ‘María está guayando”. Dijo que también ayudó a Fernando Villalona y a Raulín Rosendo cuando salieron de la agrupación Los Hijos del Rey, poniéndolo a tocar en muchos de los lugares donde ya Abreu tenía días fijos, hasta que lo llevó donde Mateo San Martín y salió a la luz pública el merengue “Pato roba’o”.
“Soy el padrino de Bonny Cepeda y de Monchy Capricho. Pochy Familia es como si fuera mi hijo, desde niño, cuando me esperó a la salida de ‘El Show del 4’ para entregarme una hoja manuscrita con las letras de “La negra Pola”, que originalmente era “La niña Pola”, pero le hicimos la modificación y ya ustedes conocen la historia y el éxito de ese tema.

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