Cuando terminé de leer “el informe” concluí en que debía ser obra de un charlatán. El documento relacionaba una serie de sucesos descabellados, que no parecían reales. Uno de los hechos mencionados era la ejecución sumaria de un jefe militar en Corea. El gobernante de ese país ejecutó a su ministro de Defensa mediante un disparo de cañón de artillería, procedimiento penal insólito. La causa del fusilamiento fue haberse dormido durante un desfile, mientras el gobernante pronunciaba un discurso. Cierto jurista dominicano comentó que no había proporcionalidad entre la infracción y el castigo. ¿Qué habría dicho el Marqués de Beccaria, el famoso autor del tratado “De los delitos y las penas”?

El informe explica que el gobernante en cuestión es el “tercero en la línea sucesoral” de una “dinastía socialista hereditaria”. El informe del que hablo pretende hacer una lista de asuntos grotescos, irracionales o chocantes, que en nuestros días han llegado a ser habituales o, por lo menos, muy frecuentes. Sabíamos, eso sí, de monarquías hereditarias; creíamos que la revolución bolchevique de 1917 había introducido formas de gobierno radicalmente diferentes de las monarquías. Ahora descubrimos que puede existir un “socialismo monárquico”, donde el jefe del Estado sea un autócrata desvinculado del resto de la sociedad.

“Las ruinas de Palmira” es el título de un libro del conde de Volney; Palmira es una antigua ciudad en el desierto de Siria. La Unesco declaró que los arcos y columnas de estas ruinas son “Patrimonio de la humanidad”. Palmira es una palabra aramea que significa ciudad de los árboles de dátiles. Fue el asiento de un reino en el siglo tercero después de Cristo. Ahora esta joya de la arqueología está en peligro de ser demolida por combatientes fanáticos.

Cuando leemos reseñas de lo que ocurre con emigrantes sin papeles en el Mar Mediterráneo, el asombro es mayor que ante la ciudad de Palmira o el régimen político de Corea del Norte. Al fin y al cabo, Palmira se compone de preciosas piedras residuales; y los coreanos sufren un dictador del cual podrían librarse en lo futuro. Los emigrantes, en cambio, naufragan y mueren en el agua; si son rescatados, no pueden vivir en ninguna parte. ¿Verdades o infundios?