Inverosímil

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Señor director:

El discurso leído por el honorable presidente de la República Dominicana, agrónomo Hipólito Mejía, el 27 de febrero del 2004, al cumplirse los ciento sesenta años de la Independencia de los dominicanos del yugo de ocupación haitiana, pasará a la historia como el más inicuo e insensato que se haya pronunciado en el solemne acto del rendimiento de cuentas de un gobierno a la Asamblea Nacional.

Es penoso que los escribientes de ese discurso tuvieran la cachaza de incluir en ese informe algo que no venía al caso como fue expresar que solamente el presidente Hipólito Mejía podía garantizarle a los dominicanos la gobernabilidad en la República Dominicana, dando a entender que al tener el PRD una mayoría aplastante en el Senado, en la Cámara de Diputados, en los Ayuntamientos, JCE, SCJ, jueves de cortes y jueces de primera instancia, como ha dado a entender en varias ocasiones, el Presidente Mejía, que nadie más podría realizarla; con este forma de pensar, se está cometiendo una garrafaza, porque la sensatez y la inteligencia del legislador, debe prevalecer siempre, para que sus decisiones sean para favorecer a la ciudadanía y la nación, sin tener en cuenta a que partido pertenezcan ellos.

Así es que deben actuar los hombres justos, responsables, serios y honestos.

Tengo la seguridad y la convicción que dentro de esos honorables miembros del Poder Legislativo, Poder Judicial, síndicos municipales, hay hombres suficientemente sensatos y patriotas que conocen a cabalidad cuales son sus deberes y responsabilidades frente al pueblo dominicano, que en un momento determinado, le otorgó su voto, confiado en que ellos trabajarían en la defensa de los mejores intereses de la nación y de su pueblo y no a favor de Partido o persona en particular, sea ésta, el propio Presidente de la República actual u otro cualquiera que pretenda violentar el sistema democrático, que tanta sangre y sacrificio ha tenido que derramar el pueblo dominicano en la lucha por mantenerla vigente y sin desviaciones antidemocrática; el que pretenda eso, encontrará un pueblo de frente y dispuesto a luchar hasta el último hálito de su vida, por su libertad.

Decir que para que haya gobernabilidad en nuestro país, solamente se puede viabilizar si es reelegido el Presidente actual, es un craso error y un desconocimiento de la realidad que vive el país.

Creer que todos los senadores, diputados, magistrados y funcionarios públicos no tienen criterios propios de lo que son sus responsabilidades y obligaciones con el pueblo, es un error.

No es verdad que la mayoría de las personas que están en las actividades políticas actualmente, van a conducirse como si fueran borregos, obedeciendo, ciegamente, lo que disponga el Presidente de la República y más cuando van en perjuicio del pueblo y sus instituciones democráticas.

Dentro de esos senadores y diputados, estoy plenamente seguro, que hay mayorías con criterio e inteligencia propia, capaces de detener, en un momento determinado, la avalancha de disparates que se han estado haciendo en perjuicio de la economía y del pueblo dominicano. La mayoría de la población dominicana se está muriendo de hambre y necesidades. Continuar por ese camino, traerá como consecuencia una dictadura disimulada, que le hará un daño irreparable a la nación dominicana.

Está bueno ya de soportar esas complacencias.

Oigan señores, hablar y proponer modificar la Suprema Corte de Justicia, para poner abogados sin haber pasado por la judicatura en función de jueces, es un relajo de muy mal gusto y una burla muy pesada y odiosa a la carrera judicial; yo la juzgaría como una vagabundería de alguien que no tiene el mínimo concepto de lo que significa el Poder Judicial de nuestro país, que ha dado muestras de independencia en estos últimos tiempos.

Para terminar quiero referirme a lo que ha reseñado la prensa nacional sobre el acuerdo que ha llegado el Presidente Hipólito Mejía con el doctor Suberví para llevar esa mutual, como candidatos a la presidencia y vice-presidencia en las elecciones de mayo próximo; esto es inconcebible, hay que decirlo, eso es vergonzoso, inmoral, descarado y atropellante. Como es posible, señores, que Fello le haya pedido a Hipólito 60 millones de recompensa por los gastos que él a incurrido en su campaña electoral y la mitad de todos los cargos públicos de importancia, para acceder acompañarlo como vice-presidente. Jugar con el dinero del pueblo dominicano en esa forma, es un abuso y una desconsideración intolerable a éste empobrecido pueblo dominicano. Dios mío, ampáranos.

Señores, respeten un poquito a su pueblo, no se burlen tan descaradamente de él, sean un chin más comedidos y recuerden que el pueblo se está muriendo de hambre y esperando lo prometido por estas autoridades y que nunca le a llegado nada. No aprieten tanto la tuerca que se va a romper.

Presidente, por dios, renuncie a la reelección, por su pueblo, por su familia, por su bien y por el sosiego y la paz que esa acción suya le dará a su país. No se lleve de sus adlateres que sólo piensan en ellos y sus intereses y aunque usted no lo crea, lo están utilizando como un tonto útil para beneficiarse de sus bondades.

Atentamente,

Manuel A. García Saleta

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