Inversión extranjera directa

Inversión extranjera directa

El Gobernador del Banco Central dio dos buenas noticias la semana pasada. Una, no obstante las crecientes tensiones internas, en el país crece la inversión extranjera directa. Y dos, por el impulso de la demanda interna, la economía mantiene un ritmo ascendente dentro del ciclo de altas tasas de crecimiento de los últimos años.
Todo lo anterior, agrego yo, no obstante el complicado entorno externo. El FMI prevé que América Latina y el Caribe crecerán solo 0.5% en 2019, el diferencial positivo de República Dominicana, en buena medida, lo explica la inversión extranjera directa, que además del aporte al PIB, es una importante fuente de financiamiento externo.
Las estadísticas que entregó y analizó el gobernador del Banco Central muestran que República Dominicana aprovechó la elevada liquidez en los mercados para convertirse en el principal destino de la inversión extranjera directa en la región, recibimos el 45% en 2018. Para este año estima US$2,600 millones, alrededor de 3.0% del PIB. El valor acumulado de US$27,000 millones en los últimos diez años, un promedio anual de US$2,500 millones.
Si estos números son importantes, también lo es la calidad de la inversión extranjera directa. Cuando se revisa el destino sectorial del flujo de dinero se extrae, por un lado, se tradujo en nuevos negocios, en aumento de la capacidad productiva y se mantiene alto el apetito por el turismo. Es decir, el dinero no ha sido para cualquier inversión, lo que ha sido bueno para las pequeñas y medianas empresas, han sido oportunidades para nuevos empleos y valor agregado.
Y por otro lado, del flujo total poco han sido préstamos inter-compañías, me refiero al traspaso de dinero de las matrices en el exterior a sus sucursales en el país. Es cierto, contribuyen con el flujo de divisas, pero no aumentan el potencial de la economía y el empleo.
La actual coyuntura externa, que calificamos como complicada, tiene su parte positiva, cumpliendo con los siguientes dos requisitos podemos mantener el ritmo ascendente de las inversiones extranjeras directas de los últimos años, porque la Reserva Federal y el Banco Central Europeo han dicho que por ahora no cambian su política monetaria expansiva.
Uno, preservando las razones de los inversores estadounidenses, españoles y de otras nacionalidades, para interesarse por la economía dominicana. La principal, no es otra, en los negocios logran una rentabilidad muy por encima del rendimiento de los activos de renta fija y variable en el mercado internacional, en un ambiente de baja y estable inflación.
Y dos, como competimos por el dinero en la región, se deben ampliar las facilidades para invertir en nuevas unidades productivas, para se aproveche el ensanchamiento del mercado interior y se multipliquen las exportaciones nacionales de bienes.
Tenemos una realidad, el peso de las exportaciones y las importaciones de bienes sobre el PIB, considerado el indicador más general para medir la globalización, nos dice que acumulado nuestro comercio exterior total creció 20.2%, anual 2.9%, mucho menos que la economía que acumulado aumento 37.5%, anual 6.3%, de 2013 a 2018.
Como debe ser lo contrario, la lectura al importante diferencial de 3.4 puntos porcentuales es que estamos atrasado en globalización comercial, otros países ocupan nuestro espacio, hacen comercio por nosotros, lo que es inaceptable.

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